Una fuerte represión policial tuvo lugar este viernes en Formosa ante una protesta provocada por la decisión de las autoridades provinciales de regresar a la fase más estricta de la cuarentena por el avance de los casos de coronavirus.

Las fuerzas de seguridad reprimió con gases y balas de goma a cientos de manifestantes que se dirigían hacia la casa del gobierno, donde derribaron vallas de seguridad.

El saldo fue de varios heridos y, al menos, 93 detenidos. Y pese a la dura bataola ocurrida durante la tarde, a la  noche los vecinos volvieron a la vía pública con bocinazos. 

El coordinador residente de Naciones Unidas Argentina, Roberto Valent, y el representante regional para América del Sur del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, se refirieron a la sucedido.

"De acuerdo a la información recibida, la respuesta de la policía implicó el uso de violencia indiscriminada que resultó en personas heridas y detenidas", indicaron.

En un comunicado, los representantes de la ONU sostuvieron: "Los tratados internacionales de derechos humano garantizan el derecho a reunirse pacíficamente, y las reuniones solo pueden ser dispersadas en casos excepcionales".

"Cuando se presenten actos de violencia, las fuerzas de seguridad deben distinguir y proteger a quienes se manifiestan pacíficamente y utilizar la fuerza solo cuando sea estrictamente necesario en línea con los estándares internacionales de derechos humanos", agregaron.