Cada vez más mujeres trabajan en la obra a través del programa Vivienda Semilla

Sociedad01 de mayo de 2021 Por El Objetivo
A través de la articulación entre organizaciones de base y el Estado, las trabajadoras realizan diversas tareas en las obras del programa Vivienda Semilla. Aproximadamente, del total de integrantes de los equipos de trabajo, un 35% son mujeres.
Vivienda semilla Mujeres
Cada vez más mujeres trabajan en la obra a través del programa Vivienda SemillaFoto: gentileza

La estructura social del trabajo en este siglo XXI está en constante transformación. Roles y posiciones laborales tradicionalmente reservados a los hombres están siendo ocupados, cada vez más y con mayor fuerza, por mujeres.

Un claro ejemplo, son las trabajadoras de la economía popular que se encuentran realizando las obras para terminar casas pertenecientes al programa Vivienda Semilla. De las 196 personas abocadas a esta tarea, hay 65 trabajadoras que realizan tareas de albañilería, plomería, electricidad y pintura.

Desde el Ministerio de Promoción del Empleo y la Economía Familiar se impulsa el trabajo de las mujeres como una herramienta de empoderamiento y de crecimiento personal.

Niria Ledesma es ayudante de albañil y está trabajando en la terminación de casas del programa provincial en barrio La Bonita, ubicado en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba. 

“A nosotros, nos tocó hacer todo lo que ha sido revoque, fino, piso, carpetas, cerámicos. Ya terminamos una de las casas, la de Carlita y es un logro grande tanto para ayudar a las familias que realmente lo necesitan y no la podrían tener en tan poco tiempo”, explicó la trabajadora.

Niria contaba con experiencias previas similares en las tareas que había realizado en la cooperativa Trabajo y Dignidad de Villa El Libertador, por ejemplo en herrería y adoquinado. “Es la primera vez que nos toca salir así a hacer las casitas del programa Semilla. Y es lindo, es bueno, porque te sentís bien. Saber que las familias no tenían el revoque, no tenían una cocina, no tenían el baño, y decir, terminé una, entregué. Están felices los chicos, las familias, entonces te sentís bien, decís pude ayudar a alguien”, dijo.

“Siendo mujeres es una experiencia linda de que te den una posibilidad, una oportunidad más de decir soy mujer y estoy trabajando en albañilería porque no es fácil que las mujeres trabajemos acá”, explicó Niria.

trabajo

Por su parte, Lourdes Altamirano es beneficiaria del programa Vivienda Semilla y pudo ver la labor y esfuerzo que realizan las trabajadoras. “Cabe destacar también que las mujeres que están trabajando en la cuadrilla, se han puesto como quien dice el escudo, y trabajan a la par que los hombres. Trabajan igual, hacen fuerza y trabajan. Yo, sorprendida porque nunca esperas ver mujeres trabajando en la obra. Vos vas a buscar trabajo a un edificio y no conseguís. Y ver mujeres trabajando en albañilería es sorprendente”, señaló.

En este Día del trabajador y de la trabajadora, es necesario reconocer a quienes se esfuerzan en romper con los prejuicios y estereotipos sociales, y ponen en discusión los roles y posiciones laborales tradicionalmente impuestos.

La economía popular, un espacio de desarrollo laboral 

Desde el Estado provincial, por decisión del gobernador Juan Schiaretti, a través de un vínculo genuino y preexistente de la diputada nacional, Alejandra Vigo con las organizaciones de la economía popular, nace el programa de Fortalecimiento de la Economía Popular.

Su desarrollo es responsabilidad de la Subsecretaría de Promoción de la Economía Familiar, a cargo de Rosalía Cáceres. La cartera forma parte de la órbita del Ministerio de Promoción del Empleo y la Economía Familiar que encabeza Laura Jure.

Al respecto del programa, Cáceres explicó que ”la economía popular es un sector compuesto mayoritariamente por mujeres. Han sido ellas las que, en la última década, han encontrado mayores obstáculos para la incorporación al mercado formal del trabajo”.

A su vez, destacó la relevancia de que las trabajadoras participen y que se promueva desde el estado la generación de empleo para ellas. “Notamos un impacto positivo en las mujeres en términos personales, individuales, en el vínculo y en la relación con su comunidad. En la autopercepción de ellas como trabajadoras; dentro de sus hogares, respecto de los roles histórica y culturalmente asignados a varones y mujeres que se ponen en discusión a partir también de la promoción del trabajo de ellas; y fundamentalmente en la autonomía económica de las mujeres como un elemento muy importante para la prevención de la violencia de género”, dijo.

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