La invasión de Rusia a Ucrania generó cientos de historias y una para destacar es el gesto que tuvo el futbolista Keylor Navas al recibir en su casa de París a 30 refugiados ucranianos.

El arquero de Costa Rica y su familia acogieron a estas personas y les dieron ropa, comida y camas para puedan establecerse en medio de la delicada situación que atraviesa su país desde hace más de un mes.

Según cuenta el medio español RMC Sport, Navas, que es muy religioso, se acercó a una asociación de evangelistas españoles. Compró camas, ropa y comida para que los refugiados puedan dormir en una sala de cine que tiene en su casa y ahora está habilitada para recibir a los ucranianos.

El transporte de los refugiados estuvo a cargo de una asociación con sede en Barcelona, que se dirigió a Cracovia (Polonia) para llevar alimentos y de regreso a la base pasó por París y dejó a 30 personas bajo custodia de la familia del guardameta del PSG.

Andreas Salas, esposa de Navas, es clave en esta historia porque se convirtió en la cocinera del grupo y en su cuenta de Instagram pidió si se podían hacer donaciones para una fundación llamada Tiempos de Esperanza, una organización “humanitaria dedicada a trabajar por la niñez en riesgo de vulnerabilidad social”, según se definen en su sitio web.

La movida también se extiende a España, donde tiene la sede la fundación. “Manos que dan, nunca estarán vacías. El martes estarán llegando familias ucranianas a Valencia, acogidas y traídas con mucho amor por Javier Noguera, su esposa Isis, su equipo de ‘Nova Vida’. La fundación Tiempos de Esperanza, sacerdotes, personas movidas por su corazón ante este caos que están viviendo Y quería compartirles que por medio de Amazon los podemos ayudar a estos niños, algunos con su mamá otros no, jóvenes solos, con apenas su ropa que fue lo único que pudieron coger, podemos aportar lo que sea alimentos no perecederos, ropa, cosas de aseo personal, etc”, escribió Andrea.

La actitud de la familia Navas demuestra su gran compromiso con quienes más lo necesitan en un momento extremo para los ucranianos que buscan salir del infierno en un país azotado por la invasión rusa y cuyas graves consecuencias parecen no tener fin para el pueblo de Ucrania.