Natalia Sanz vive en Beijing, China, un país que, a pesar de ser uno de los más golpeados por el coronavirus, comienza a recuperarse de a poco.

Cuando toda la situación se desató, Natalia estaba en España y Francia visitando a sus familiares. En ese momento, tuvo que quedarse en Europa durante un mes y trabajar en forma remota.

“Nos cerraron las fronteras y nos pidieron trabajar desde casa. La cuarentena acá fue estricta: nadie podía salir ni siquiera a hacer ejercicio. A los que estábamos afuera nos pidieron que nos quedemos”, dijo Natalia a Cadena 3, quien trabaja en el Banco Asiático para Inversiones e Infraestructura.

A pesar de que los números parecen alentadores, China comenzó a ver más personas afectadas, pero no por contagio interno, sino porque algunos extranjeros están ingresando el virus de nuevo a sus fronteras.

“Volvemos a la normalidad, pero de a poco. Las oficinas que están abiertas exigen que sus trabajadores lleven barbijos. Hay controles estrictos en los aeropuertos. En un momento, determinaron que quienes debían hacer cuarentena, la hicieran en hoteles del Estado. A fin de mes podrían volver a cancelar vuelos por los casos que vienen de otros países”, expresó la joven, quien está en cuarentena tras haber vuelto de Europa.

Por otro lado, las clases están retomando su normalidad y las calles teniendo nuevamente actividad.

Al ser consultada sobre los consejos que les daría a los argentinos, Sanz dijo: “Que se queden en casa. Es muy importante que se respete eso porque es la única forma de que el virus se frene. Yo pude volver a Beijing porque la gente de la ciudad evitó que se propagara. Les ruego que se queden, porque ya lo vi y lo viví ,y eso es lo mejor”.