Desde este lunes, seis efectivos de la Policía de Córdoba comienzan a ser juzgados por el asesinato de Joaquín Paredes (15), un “gatillo fácil” ocurrido el 25 de octubre de 2020 en la localidad de Paso Viejo, en el norte provincial.

Tres años después y luego de varias postergaciones, finalmente comenzará la primera audiencia del juicio oral. El juicio se desarrollará en la Cámara del Crimen de la ciudad de Cruz del Eje. Habrá jurado popular.

De los seis acusados solo uno permanece detenido, se trata de Mikael López imputado por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego.

El resto espera el juicio en libertad: Iván Luna acusado como coautor de lesiones graves y coautor de disparo de arma de fuego. Enzo Alvarado, por omisión de los deberes de funcionario público y disparo de arma de fuego.

También, José Luis Gómez como coautor de disparo de arma de fuego en dos hechos; y Ronald Fernández Aliendro, por omisiones de deberes de funcionario público y disparo de arma de fuego y subcomisario Alberto Daniel Sosa Gallardo imputado por supuestas amenazas calificadas.

Soledad Laciar publicó en sus redes sociales un pedido para que el suceso no pase desapercibido. 

“Se que Córdoba está atenta a las elecciones. Se que mañana se hablara de los resultados de hoy.... pero no se olviden que mañana en Cruz del Eje una familia espera que la justicia les dé un poquito de paz”, publicó este domingo. 

La madrugada del 25 de octubre de 2020, un grupo de policías se trasladó hasta la plaza de Paso Viejo, una localidad de apenas mil habitantes, tras recibir llamados sobre una reunión de jóvenes en ese lugar.

Según los datos de la causa, cuando llegaron los efectivos se produjo una discusión con los jóvenes, lo que derivó en una balacera por parte de los policías. De acuerdo a la acusación, se produjeron al menos siete disparos: cuatro balazos correspondieron al arma del agente Alexis Luna y tres al agente Maykel Mercedes López.

Las pericias determinaron que uno de los balazos efectuados por López impactó en la espalda de Paredes (15), en la zona del hemitórax, y le causó la muerte. El joven estaba desarmado y casualmente se encontraba en la zona. Otro de los disparos se incrustó en el brazo de Brian Brandon Villada (15), quien debió ser asistido en un centro de salud pública, aunque en este caso no se pudo determinar de qué arma partió el tiro.