Una empresaria argentina fue asesinada en medio de un tiroteo en Texas
Una empresaria argentina de 64 años fue asesinada en medio de un tiroteo en Austin, en el estado de Texas, Estados Unidos. El agresor ingresó a una cafetería en la que se encontraba la mujer, disparó y se suicidó.
Laura Jáuregui falleció en el acto. El hecho ocurrió el jueves pasado a las 18 en un local en el centro comercial, pero se dio a conocer este lunes.
Además de la muerte de la empresaria, también reportaron que tres personas resultaron heridas de bala, por lo que las trasladaron a un hospital de la zona para recibir asistencia médica.
El asesino, Tang-Kang Dave Chiang (38), de nacionalidad china, disparó dentro de la cafetería, huyó y más tarde se quitó la vida. Según los investigadores, el crimen fue al azar, debido a que el agresor no tenía vínculo con las víctimas.
“Con gran pesar, Teapioca Lounge expresa su más sentido pésame a las víctimas, familias y comunidades afectadas por la reciente tragedia que tuvo lugar”, expresó a través de un comunicado Teapioca Lounge, la cafetería en la que se produjo el hecho.
“Estamos unidos con los residentes del Arboretum durante este momento difícil, ofreciendo nuestro apoyo y solidaridad inquebrantables”, remarcaron.
Y puntualizaron: “Entendemos el dolor y la pena que siguen a actos tan sin sentido y compartimos el dolor colectivo que ha afectado a nuestra comunidad. Nuestra principal preocupación es el bienestar y la seguridad de cada individuo, y prometemos nuestro apoyo a cualquier esfuerzo que promueva la curación y la recuperación”.
Quién era Laura Jáuregui, la empresaria argentina asesinada en un tiroteo en Texas
Jáuregui, una trotamundos de 64 años, dejó Buenos Aires cuando tenía 15 años. Su primera parada fue Japón, pero luego recorrió distintas ciudades de Europa, Estados Unidos, Asia y Australia, entre otros, que fueron sus países de residencia por un tiempo.
La mujer de 64 años se formó en diseño y arquitectura de software. No obstante, en los últimos años se radicó en La Pedrera, Uruguay, donde tenía su propio restaurante y un hotel.
Este último, llamado Brisas, fue el proyecto para transformar una estructura de más de 100 años en un hotel boutique.