Luego del ataque terrorista realizado por Al Qaeda, las normas aeroportuarias nacionales e internacionales de norteamérica fueron modificadas drásticamente.
Dos aviones comerciales se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York y otro contra el Pentágono. El saldo fue casi 3.000 muertos, millones de dólares en pérdidas y una guerra absurda que se extendió por dos décadas.
El presidente de la AMIA, Ariel Eichbaum, aseguró que el terrorismo "se ha convertido en un fenómeno tristemente cotidiano y con un nivel de complejidad que lo transforma en una de las amenazas y desafíos más importantes de nuestro tiempo".
"No debemos olvidar nunca el dolor permanente de las familias y los seres queridos de los 2.977 inocentes que murieron en el peor atentado terrorista contra Estados Unidos de nuestra historia", indicó el mandatario cuando se acerca el aniversario número 20 del hecho.