Según la UCA, la pobreza llegó al 44,2% y afecta a 20,3 millones de personas

Sociedad 03 de diciembre de 2020 Por El Objetivo
La mayor cantidad de pobres, que ya rondarían los 20,3 millones de personas, se disparó en medio de la pandemia de coronavirus, que impactó muy fuerte sobre la actividad.
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Medidos por hogares, los afectados por la pobreza subieron del 32,1% al 34,9%. Foto: gentileza

El 44,2% de los argentinos está sumergido en la pobreza, en medio del devastador impacto de la pandemia de coronavirus, que agravó el cuadro recesivo que ya venía afectando a la economía, según un informe difundido hoy por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).

El 65% de los menores de 17 años viven en hogares pobres, de acuerdo con el estudio realizado con datos relevados entre julio y octubre últimos.

Más de 7,5 millones de chicos y adolescentes viven en hogares con carencias básicas. Sobre este punto, el informe alertó sobre una "persistente infantilización de la pobreza en la Argentina urbana".

Un 34,1% de la población cayó en la categoría de "pobres no indigentes" mientras que 10,1% están directamente en la indigencia, es decir, ni siquiera pueden cubrir la canasta alimentaria básica.

Para la UCA, en julio-octubre el desempleo llegaba al 14,2%, lo que representa unos 2,7 millones de personas, 600 mil personas más que en el estudio anterior.

El estudio, titulado "Informe de Avance: Deudas Sociales en la Argentina 2010-2020. Crisis del empleo, pobrezas y desigualdades estructurales en el contexto COVID-19", reflejó un fuerte deterioro social con relación al 2019, cuando la pobreza ya era muy alta, del 40,8%.

El director del Observatorio, Agustín Salvia, dijo que "las medidas de aislamiento obligatorio adoptadas generaron una crisis de oferta y demanda de bienes, servicios y mano de obra laboral".

Explicó que esto "tendió a alterar la validez de indicadores clásicos utilizados para medir la condición de actividad, la pobreza por ingresos y las demandas de salud y educación, entre otras dimensiones".

Los datos relevados entre julio y octubre de este año son los más altos de toda la serie que arranca en 2010. Corresponde a la "pobreza de ingresos" que surge de comparar los ingresos de los hogares con los valores de la canasta de indigencia y de pobreza.

"Las evidencias presentadas en este informe confirman que bajo el escenario de crisis COVID-19, las capacidades monetarias de los hogares experimentaron un deterioro abrupto y pronunciado, con efecto regresivos sobre la pobreza y la indigencia", dijo Salvia.

Advirtió que "el nuevo escenario paralizó aún más la inversión, los consumos y la demanda de empleo en la economía formal, a la vez que frenó toda expectativa de reactivación, afectando especialmente a la pequeña y mediana empresa, profundizando la relación entre informalidad económica, pobreza y exclusión social".

Estimó que el efecto del ingreso familiar IFE, de 10.000 pesos otorgados en algunos meses, incidió 8,3 puntos en reducir la indigencia y 6,4 puntos en la pobreza.

"El IFE habría sido la política con mayor impacto absoluto sobre las tasas de pobreza e indigencia, en comparación con las demás políticas de transferencias implementadas", señaló el informe. (Fuente: NA)

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