Un político de fuste y carismático por naturaleza que fue sinónimo de peronismo neoliberal en la Argentina

Política14 de febrero de 2021 Por El Objetivo
Su presidencia marcó una época. La estabilidad, el 1 a 1 y la corrupción marcaron su gobierno.
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Con diez años al frente de Poder Ejecutivo, Carlos Saúl Menem fue el presidente que gobernó el país por el período consecutivo más largo, siendo también el primer mandatario peronista después del regreso de la democracia a la Argentina en 1983, tras suceder en el cargo al radical Raúl Alfonsín, de quien tomó el mando de manera anticipada el 8 de julio de 1989.

Permaneció 10 años al frente del Poder Ejecutivo nacional, durante los cuales se llevó adelante la reforma constitucional de 1994, uno de sus principales legados políticos, y en 1999 fue sucedido en el puesto por Fernando de la Rúa, líder de la Alianza electoral entre la Unión Cívica Radical (UCR) y el Frente País Solidario (FREPASO).

Nacido el 2 de julio de 1930 en la localidad de Anillaco, en La Rioja, Menem, de profesión abogado, se desempeñó como gobernador de esa provincia cordillerana entre 1973 y 1976, y luego de 1983 a 1989, antes de lanzarse a la carrera por la Presidencia de la Nación.

Durante la campaña electoral de 1989, Menem, un político de raza y carismático por naturaleza con sus tupidas patillas largas que tanto lo caracterizaban en esa época, prometió llevar adelante una "revolución productiva" en la Argentina, sumida entonces en una profunda crisis económica.

Si bien esa promesa no llegaría a concretarse durante su gestión, el dirigente riojano se impuso en aquellos comicios sobre el radical Eduardo Angeloz e inició 10 años de mandato, en los cuales logró la reelección en 1995, tras vencer en las urnas a José Octavio Bordón (FREPASO).
Otro de sus recordados lemas de campaña fue, "Síganme, no los voy a defraudar", aunque durante su gobierno las políticas económicas que desarrolló propiciaron el cierre de fábricas y desempleo, al convertirse en un fervoroso impulsor del neoliberalismo y las privatizaciones.

También su gestión se caracterizó por las "relaciones carnales" con los Estados Unidos y por la convertibilidad, un sistema monetario que establecía por ley que un peso era equivalente a un dólar estadounidense y cuyo colapso terminó ocasionando la crisis de 2001, ya sin Menem en el Poder.

Su gobierno, además, se vio marcado por los atentados terroristas contra la Embajada de Israel (en 1992) y la AMIA (en 1994), aún impunes.

A pesar de que en 2001 fue detenido con arresto domiciliario en el marco de una causa por presunto tráfico de armas a Ecuador y Croacia durante su mandato -cuando también se produjo la voladura de la fábrica de armas de Río Tercero, en Córdoba, en 1995- y de verse implicado en otras denuncias por supuesta corrupción, Menem se mantuvo activo políticamente hasta el final de su vida, ya que desde 2005 se desempeñaba como senador nacional.

El dirigente riojano protagonizó el primer traspaso pacífico de mando entre dos presidentes, de partidos distintos, elegidos en forma democrática, en lo que significó además el retorno del peronismo al poder después de 13 años.

Sus más de 10 años como mandatario lo convierten en la persona que más tiempo se hizo cargo del Estado de manera continua, primero acompañado por Eduardo Duhalde y luego por Carlos Ruckauf en la Vicepresidencia.

Menem asumió en medio de un proceso hiperinflacionario heredado del período de Alfonsín, que culminó su mandato con un programa de ajuste económico que el riojano profundizó a partir de políticas económicas neoliberales.

La convertibilidad logró frenar una inflación desmedida y la colocó en mínimos históricos para el país, lo que generó en la clase media condiciones económicas favorables que posibilitaron su reelección, aunque a la larga ese plan tuvo consecuencias negativas para la industria.

La medida no llevó a estándares de desarrollo económico generalizados: Menem gobernó con un nivel alto de desocupación y su política económica tendió a acrecentar la desigualdad entre los sectores altos y bajos.

Las privatizaciones y la muerte de Carlitos Menem

Para hacer frente a la necesidad de divisas que imponía el "modelo menemista", se llevaron a cabo una serie de privatizaciones importantes e incluso muchas empresas del Estado quedaron en manos de capitales extranjeros.

En efecto, la gran cantidad de privatizaciones de compañías estatales provocó despidos masivos: "Estamos mal, pero vamos bien", y "ramal que para, ramal que cierra", en plena época de desmantelamiento del sistema ferroviario nacional, se convirtieron en otras de sus frases célebres.

La gestión de Menem se caracterizó por diversos escándalos y denuncias por supuesta corrupción que salpicaron al Gobierno durante todo el período, además de golpes de escena mediáticos como sus paseos en Ferrari o su matrimonio con la ex modelo chilena Cecilia Bolocco, con quien tuvo un hijo.

Otro de sus hijos, Carlitos Menem, falleció durante su Presidencia en 1995, en un accidente de helicóptero denunciado por su ex esposa Zulema Yoma como un atentado criminal.

Las polémicas también envolvieron en aquella época el Poder Judicial, al cual se lo acusaba de falta de independencia con respecto al Poder Ejecutivo.

Por caso, cinco de los nueve magistrados de la Corte Suprema de Justicia fueron acusados de funcionar como una "mayoría automática" en favor del Gobierno.

De todos modos, puertas adentro en el Partido Justicialista (PJ), la presidencia de Menem es considerada un cambio de rumbo significativo en la historia reciente de la Argentina, lo que llevó al ex senador y amigo del ex presidente Miguel Pichetto a calificarlo como "el inventor de todo".
En 2003, el riojano intentó volver a la Primera Magistratura y en efecto, consiguió el primer lugar en las elecciones presidenciales convocadas por Duhalde, con un 24,45% de votos, apenas 2,2 puntos por delante de su escolta, Néstor Kirchner.

Pero la alta imagen negativa de Menem colocó a Kirchner como amplio favorito de cara al balotaje, lo cual derivó en que se bajara -el dirigente riojano- de la contienda para evitar una derrota contundente en las urnas.

Desde 2005, Menem -que también fue detenido en épocas de dictadura militar en la Argentina- ocupaba una banca en el Senado de la Nación, la cual le sirvió para evitar, por ejemplo, el cumplimiento de una condena a cuatro años y seis meses de prisión por sobresueldos.
Tras la victoria del actual presidente, Alberto Fernández, Menem se había unido formalmente al bloque oficialista del Frente de Todos en la Cámara alta.

A fines de junio pasado, días antes de cumplir 90 años, el "caudillo" riojano permaneció internado debido a una neumonía bilateral, de la que logró salir airoso, más allá de que su estado de salud continúo siendo delicado.

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