Comienza la campaña de vacunación contra el sarampión, rubéola, paperas y poliomielitis
El Ministerio de Salud de Córdoba iniciará el próximo sábado una campaña para vacunar a niños y niñas de entre 13 meses y 4 años (inclusive) contra el sarampión, la rubéola, las paperas y la poliomielitis. Esta actividad se enmarca en una estrategia nacional, tendiente a ofrecer mayor protección contra estos virus y evitar que estas enfermedades resurjan en nuestro país.
Las actividades que se desplegarán a lo largo de seis semanas comenzarán con una jornada de vacunación este sábado 1 de octubre en el Salón de los Gobernadores del Parque de Las Tejas, de 10:00 a 18:00. Este puesto de vacunación ubicado en las inmediaciones de la Ciudad Universitaria se sostendrá durante todos los días (incluyendo sábado y domingo) que dure la campaña, en ese horario.
Además, se podrá acceder a estas dosis en todos los vacunatorios públicos y privados hasta el 13 de noviembre.
Las vacunas se aplicarán en forma gratuita y obligatoria. No es necesario contar con orden médica, pero, de ser posible, presentar DNI y carné de vacunación.
“Entre octubre y noviembre, todos los niños y las niñas de Córdoba que tengan entre 13 meses y cuatro años, once meses y treinta días, deberán recibir una dosis adicional de triple viral, que protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas, así como de IPV/Salk, que protege contra la poliomielitis, independiente de que tengan o no completos sus esquemas”, explicó Laura López, jefa de la Dirección de Epidemiología de la Provincia.
El objetivo de la campaña es alcanzar coberturas superiores al 95 por ciento en una población objetivo de 187.230 chicos y chicas de esa edad. Aunque en Argentina está certificada la eliminación del sarampión, la rubéola y la poliomielitis, estos virus todavía circulan en otros países, por lo que la movilidad de viajeros y la disminución de las coberturas de vacunación pueden representar un alto riesgo de importación de casos y de posibles brotes posteriores.
De allí que, con base en las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y con el fin de sostener la eliminación y el control de estas enfermedades en el país, esta campaña nacional de seguimiento (CNS) contra sarampión, rubéola, paperas y poliomielitis se realiza aproximadamente cada cuatro años o cuando la cantidad de personas susceptibles es similar a una cohorte de nacidos/as vivos/as.
“Esta estrategia sanitaria representa una oportunidad para reforzar la protección de todos los niños y las niñas frente a estas enfermedades y, en particular, apunta a brindar cobertura a la población infantil susceptible que se pueda haber acumulado a lo largo de los años, es decir, aquellas personas que no han sido vacunadas oportunamente o que recibieron las vacunas, pero no obtuvieron una respuesta inmune adecuada”, concluyó López.
Cabe aclarar que las vacunas del calendario nacional, incluidas las de esta campaña, son seguras y eficaces. Las reacciones que pueden provocar son leves y poco frecuentes. Aquellas niñas o niños que presenten alguna enfermedad inmunosupresora o que se encuentren realizando tratamiento inmunosupresor deben realizar previamente una consulta médica.
Por último, es importante informar que las vacunas de la campaña pueden aplicarse de manera simultánea con el resto de las del calendario, en caso de que una persona necesite completar esquemas.
Enfermedades inmunoprevenibles
Las vacunas triple viral e IPV/Salk que se aplicarán durante la campaña de octubre y noviembre, protegen contra cuatro enfermedades: sarampión, rubéola/SRC, paperas y poliomielitis.
El sarampión es una infección viral, eruptiva y febril que se transmite principalmente por medio de gotitas expulsadas a través del aparato respiratorio (al respirar, hablar, cantar, toser o estornudar) o que se encuentren suspendidas en el aire y que entran en contacto con las mucosas de las vías respiratorias altas o la conjuntiva.
Es altamente contagiosa y se presenta en formas más graves principalmente en niños y niñas menores de 5 años o con desnutrición, pero también en adultos de más de 20 años; sus síntomas son fiebre alta, erupción en la piel (manchas rojas), secreción nasal, conjuntivitis y tos. Puede causar importantes complicaciones respiratorias, como neumonía enfermedades del sistema nervioso (convulsiones, meningoencefalitis, ceguera) y otras que aparecen años posteriores al episodio agudo y que pueden causar la muerte, como la panencefalitis esclerosante subaguda.
La rubéola es una enfermedad exantemática considerada en general como leve y, en el 50 por ciento de los casos, asintomática. Cuando aparecen los síntomas, se observan erupciones en la piel, fiebre, conjuntivitis, dolor de cabeza e inflamación en los ganglios (alrededor de la nuca y detrás de las orejas). Si bien se considera una enfermedad benigna, su principal consecuencia es el síndrome de rubéola congénita (SRC), que produce infección fetal en el 90 por ciento de los casos; esta situación puede causar muerte fetal o neonatal, así como también graves malformaciones en los y las recién nacidas y menores de un año: sordera, ceguera y cardiopatías congénitas, entre otras, así como trastornos de aparición tardía, como la diabetes mellitus.
No existe tratamiento específico para la rubéola ni para el SRC, pero son altamente prevenibles por medio de la vacunación.
Las paperas es una enfermedad viral, también prevenible por la vacunación, que afecta a personas de todas las edades. Se presenta con inflamación en las glándulas parótidas (salivales). Puede ser muy dolorosa y a veces también se acompaña de otros síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolor en los músculos, cansancio y falta de apetito.
Se transmite de persona a persona a través de las gotitas que se eliminan al hablar, toser o estornudar, o al tomar contacto con objetos infectados con esas secreciones. En sus formas más graves, puede causar meningitis y afecciones del aparato genital masculino, que podrían ocasionar esterilidad.
La poliomielitis o parálisis infantil es una enfermedad infecciosa, también prevenible por vacunación, que afecta al sistema nervioso, principalmente a niños y niñas menos de 5 años. Se transmite de personas a persona por medio de las secreciones respiratorias o por vía fecal-oral, y puede generar discapacidad severa en la población infantil. Por lo general, la infección se cursa de manera asintomática, pero puede ocasionar un cuadro con fiebre, cansancio, cefalea, náuseas, vómitos y dolor muscular. También puede presentar signos y síntomas de compromiso meníngeo, como rigidez de nuca y, en un porcentaje menor, causar una parálisis irreversible. Esto se debe a que, en el sistema nervioso central, el poliovirus infecta y destruye preferentemente las neuronas motoras, lo que ocasiona debilidad muscular y parálisis flácida aguda (PFA).
Luego de la recuperación clínica completa, 15 a 40 años después se puede desarrollar el síndrome postpolio, que se caracteriza por dolores musculares, debilidad de los miembros y nuevos episodios de parálisis. Entre 2 y 10 de cada 100 niños/as con poliomielitis paralítica mueren debido a que la parálisis afecta a los músculos respiratorios.