El trofeo más anhelado por todos: 6,170 kilos, base de malaquita y 37 centímetros de alto
Al poco tiempo de la culminación de la Copa Mundial de Fútbol de 1970, la FIFA convocó a concurso al que se presentaron 53 diseños de artistas de siete países y la propuesta ganadora fue la idea del italiano Silvio Gazzaniga (autor también de otros trofeos, como la Copa de UEFA), que representa a dos figuras humanas sosteniendo la Tierra como símbolo de la alegría y la grandeza del deportista en el momento del triunfo.
La producción fue encargada también a una empresa transalpina, la joyería GDE Bertoni de Milán, que sigue ocupándose de la conservación del trofeo antes de la final.
La copa es de oro de 18 quilates, mide 36,8 centímetros con peana y pesa 6,142 kilogramos, de los cuales cinco kilos son oro puro y cuyo precio rondaría los 150.000 euros.
Además, la base cuenta con dos anillos de malaquita, una piedra semipreciosa, entre los cuales se inscribe el nombre de los campeones de cada edición del Mundial.
La regla indica que solo pueden tocarlo los campeones del Mundo o los jefes de Estado.