Este miércoles comenzaron en el Vaticano las exequias públicas del papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años a causa de un ictus. Con una ceremonia solemne, se dio inicio a tres días de oración y recogimiento para rendir tributo al pontífice argentino, el primero no europeo en más de doce siglos.

El féretro fue trasladado desde la residencia de la Casa Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro. La ceremonia fue encabezada por el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia Católica, quien presidió la oración inicial antes de que el cortejo fúnebre atravesara la Plaza de Santa Marta y la Plaza de los Protomártires Romanos.

La procesión ingresó por la puerta central de la Basílica, acompañada por Patriarcas, Cardenales, Arzobispos, Obispos y miembros de la Capilla Pontificia, todos vestidos con el hábito coral. El féretro fue depositado en el Altar de la Confesión, bajo el majestuoso baldaquino de Bernini, símbolo de profunda significación dentro del templo.

Con la Liturgia de la Palabra comenzaron oficialmente los homenajes públicos, que se extenderán hasta el viernes. Durante este tiempo, la Basílica permanecerá abierta hasta la medianoche para permitir que fieles de todo el mundo se acerquen a despedir al Papa.

El viernes se llevará a cabo el funeral, al que asistirán miles de personas, incluidos jefes de Estado y representantes de distintas religiones. Será el último adiós a un papa que marcó a la Iglesia con su mensaje de humildad, inclusión y justicia social.