En la antesala del Gran Premio de Hungría de la Fórmula 1, Franco Colapinto se mostró autocrítico y meticuloso al evaluar su rendimiento y las condiciones del monoplaza tras una jornada de ajustes intensos.

El piloto argentino subrayó que, si bien el rendimiento actual dista de sus aspiraciones, el fin de semana dejó sensaciones positivas en lo personal.

“Falta, no es donde queremos estar pero este fin de semana fue positivo”, sostuvo el pilarense para destacar avances puntuales en su adaptación al circuito y en la puesta a punto del auto.

La jornada le permitió identificar áreas de mejora técnica que, según él, serán claves en la carrera del domingo: "Para mí fue un día muy importante porque me sirvió para dar un gran paso, más que nada por cómo venía con el auto este fin de semana”, agregó.

En relación al rendimiento del vehículo, Colapinto fue claro al admitir que aún hay aspectos por resolver en la búsqueda de mayor competitividad: “El auto no es lo que queremos y eso nos está costando. No nos da esas dos décimas que necesitamos pero vamos a laburar mucho en esta carrera”.

De cara a la estrategia, el piloto también remarcó la importancia de tomar decisiones precisas en un circuito con pocas oportunidades de sobrepaso: “Hay que elegir el momento ideal de parar, y es un circuito complicado para pasar así que vamos a hacer lo mejor que podamos”.

En un comentario más distendido, Colapinto hizo una broma sobre la bebida hidratante que estaba consumiendo antes de la carrera y la comparó con la leche chocolatada: “El Nesquik tiene minerales nada más, esto tiene sodio. Transpiro mucho y necesito sodio”.