El equipo dirigido por el australiano Michael Cheika no pudo contener el ataque agresivo de Nueva Zelanda, una de las potencias del mundo del rugby, y sufrió una derrota categórica.
Un fuerte vencimiento con el organismo llevó el respaldo al BCRA a niveles críticos. De esta forma, no logró cortar la racha vendedora de reservas iniciada seis ruedas atrás.