Navalny acusó al presidente ruso de estar "detrás" de su envenenamiento y garantizó que volverá a Rusia en cuanto esté recuperado, mientras que el Kremlin contestó que recibe instrucciones de la CIA.
"Estas acusaciones no pueden ser ciertas en absoluto y son más bien un ruido vacío", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, para quien Rusia no tiene la intención de tomar en serio la acusación.
El avión que trasladó al opositor ruso aterrizó en el aeropuerto Tegel y fue llevado en ambulancia al hospital Charite de Berlín, el principal centro médico capitalino.
Navalny, de 44 años, se sintió mal mientras volaba de regreso a Moscú. Se encuentra internado y en coma, y se supone que habría sido envenenado con alguna sustancia añadida a su té, "lo único que tomó por la mañana".