Hace 150 años Córdoba vivía un hecho fundamental en su historia. Eran tiempos de la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento. El ministro del Interior, Dalmacio Vélez Sarsfield estuvo en la capital cordobesa inaugurando el Ferrocarril Central Argentino, la línea que la unía con Rosario y su puerto. El hecho no solo implicaba la conexión con un punto estratégico del país sino que también trajo el telégrafo. Sendos telegramas llevaron la noticia de la inauguración a la ciudad de Buenos Aires.

El impacto del ferrocarril en Córdoba fue muy importante. El territorio cordobés empezó a ser atravesado por los caminos de hierro, abriendo paso a la modernidad y al desarrollo. A la vera de las vías nacieron numerosas localidades, muchas de ellas pobladas por inmigrantes llegados desde distintos lugares de Europa. Los trenes sirvieron para sacar la producción que se generaba. El fecundo suelo cordobés encontró en las formaciones ferroviarias la forma para sacar su riqueza. 

La Córdoba que conocemos no sería la misma sin el ferrocarril. El impacto también se sintió en el desarrollo industrial. Empresas dedicadas al mantenimiento y construcción de los elementos necesarios para el funcionamiento del ferrocarril. Materfer, Forja, Fabricaciones Militares, los talleres de Cruz del Eje, de Alta Córdoba, son mojones de esa época.

La Mesa de Enlace Ferroviario es un grupo que se dedica al rescate de la historia ferroviaria y a sentar las bases de un futuro imprescindible. El impacto de la pandemia hizo cambiar las ideas para conmemorar este 150° aniversario. Se debió diseñar una campaña para recordar algunos detalles de la llegada del tren, que se difunde por las redes de comunicación llegando a todo el país.

Patricio Durst, presidente de la Mesa de Enlace Ferroviario, recuerda algunos hitos de aquella epopeya. ““El ferrocarril nace en Rosario, no en Buenos Aires. Años después se amplía hasta la ciudad de Buenos Aires”, señala. Todo comenzó con un ingeniero norteamericano, de apellido Campbell, quien propuso una línea ferroviaria que atravesara al país llegando hasta el Pacífico.

Finalmente, el proyecto quedó en manos de otro norteamiericano, William Wheelwright. La obra fue avanzando y a comienzos de 1870 se completó el tendido. 

Pero no todo es el pasado. Durst refiere que la Mesa de Enlace Ferroviario forma parte del foro creado para analizar el desarrollo del ferrocarril urbano. Un proyecto que apunta a modificar el servicio de transporte en el Gran Córdoba. La Mesa participó de varias reuniones y confía en que la decisión política supere las dificultades de la coyuntura. El llamado “Ferrourbano” será algo revolucionario, aunque sea volver a un servicio que nació en el siglo XIX. 

Desde lo que hoy es la estación del Ferrocarril Mitre, frente a la Terminal de Ómnibus, la Córdoba de la Universidad, de la herencia jesuítica, se enganchaba al mundo y arrancaba ese proceso que la transformó en locomotora de la realidad argentina. Sin el ferrocarril, Córdoba no sería nuestra Córdoba.