El noruego Ruud no dejó pasar su chance y logró su primer título ATP en Buenos Aires
El noruego Casper Ruud, 45 del ranking mundial y una de las principales promesas del circuito, no dejó pasar su chance y se consagró campeón hoy del ATP de Buenos Aires al superar en dos sets al portugués Pedro Sousa, disminuído físicamente, en la cancha central del Lawn Tennis Club de Palermo.
En la vigésima edición consecutiva del torneo, Ruud, de 21 años, conquistó el primer título de su carrera y se impuso claramente a Sousa (145) con parciales de 6-1 y 6-4 en apenas una hora y ocho minutos de juego bajo un intenso calor.
Esta edición del Argentina Open volvió a ver un campeón inédito, después de una semana que perfilaba mejor para la Legión Argentina, pero entre la lesión de Diego Schwartzman en cuartos de final y la mala fortuna del cordobés Juan Ignacio Lóndero, en semifinales, se quedó sin opciones.
Ruud, de esta forma, no dejó pasar la chance de tener enfrente a un tenista de 35 años y que accedió a la primera final de su carrera luego de haber perdido en la última ronda de la clasificación, el domingo anterior, y saltar a la cancha por ser lucky loser a partir de la lesión y baja del chileno Cristian Garín.
El noruego confirmó en cancha los buenos datos previos que había logrado en el circuito y, sobre el polvo de ladrillo de Buenos Aires, completó una semana con triunfos sobre los españoles Pablo Andújar (58) y Roberto Carballes Baena (88), el serbio Dusan Lajovic (23) y en semifinales el cordobés Lóndero (69).
En ese contexto, Sousa salió a jugar visiblemente condicionado por una molestia en el sóleo de la pierna izquierda, y fue poco lo que pudo hacer.
"No me quería retirar... tardé 30 años en jugar una final y probablemente sea la última porque no voy a jugar hasta los 60", confesó Sousa, tras el partido, en conferencia de prensa.
Ruud no desaprovechó todo ese contexto favorable y, con rápidos quiebres en ambos sets, encarriló la historia y se aferró a la obtención de su primer título, cuyo trofeo entregó, nada más y nada menos, que Gabriela Sabatini, la mejor tenista argentina de todos los tiempos.