Roma y el Vaticano, desiertas por el Coronavirus

Las calles de Roma muestran un inusual paisaje de quietud y muy pocas personas fuera de sus domicilios a raíz de las nuevas medidas dispuestas por el gobierno italiano que extendieron a todo el país las restricciones de movimiento para tratar de frenar la expansión del coronavirus.
La Plaza San Pedro estrenó un sistema de ingresos controlados para regular el flujo de personas y los carabineros prohíben el acceso a la Basílica de San Pedro a los fieles que buscan ingresar a rezar.
Las medidas dispuestas por el gobierno italiano, que incluyen también el cierre de la icónica Fontana de Trevi, buscan remitir la difusión del virus que en las últimas 24 horas provocó 168 nuevas víctimas, anunció este martes el jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli.
Los pocos transeúntes que circulan, muestran su "preocupación" por el impacto económico de la nueva cuarentena dispuesta por el premier Giuseppe Conte, aunque reconocen que "es la única forma" para buscar frenar los contagios.
Además de las restricciones de horarios para lugares públicos, la nueva disposición del gobierno pide a los italianos no salir de su casa si tienen más de 37,5 grados de fiebre.
Después de que el país superara el lunes los 9.000 contagios (hoy ya llegaron a 10.149), Conte extendió a todo el territorio las medidas que inicialmente había dispuesto para la zona norte, foco de los primeros casos de Covid-19.
Además de los vuelos cancelados desde varios países, como Reino Unido, los desplazamientos dentro de Italia se ven completamente restringidos y, por orden del Ministerio de Interior, quienes necesiten moverse por el país deberán firmar un documento en el que expliquen el motivo de fuerza por el que deben viajar.
"Todos tenemos que renunciar a algo por el bien de toda Italia y tenemos que hacerlo inmediatamente", les había pedido Conte a los habitantes cuando anunció las nuevas restricciones.