Una banda que cometía estafas telefónicas desde una cárcel de Córdoba fue desarticulada este miércoles y tras siete allanamientos realizados en distintos domicilios y en el complejo carcelario, 15 personas fueron imputadas y quedaron a disposición de la Justicia.

Según confirmaron fuentes policiales, además de las imputaciones y los allanamientos, se secuestraron armas, una gran cantidad de teléfonos celulares, chips, computadoras, tarjetas de memoria, agendas con anotaciones de cuentas bancarias, 1.200 dólares y más de 1.500.000 pesos.

Las estafas se llevaban a cabo de la siguiente manera: uno de los cabecillas de la banda, interno de un complejo carcelario de Córdoba, se comunicaba telefónicamente con las futuras víctimas manifestando ser empleado de ANSES y les informaba que tenía en su poder una orden de pago para que recibieran los 10 mil pesos otorgados por el Gobierno Nacional como paliativo a la situación provocada por la pandemia del Covid-19.

Mediante este ardid, y según las fuentes, les extraía el nombre y número de documento y luego les indicaba que se dirigieran a un cajero automático con su tarjeta de débito.

Siempre manteniendo la comunicación telefónica, les indicaba varias operaciones que debían hacer las personas engañadas, entre las cuales estaba el cambio de su clave de "HomeBanking" o la extracción de una clave Token.

Así, quien comandaba la estafa, se apoderaba de las cuentas, del dinero existente en las mismas y, además, realizaba solicitudes de préstamos monetarios.

Finalmente, y tras varias tareas de investigación, personal perteneciente al Departamento Unidad Federal de Investigaciones Especiales de la Policía Federal pudo determinar que la banda estaba compuesta por nueve presos que contaban con el apoyo de otros cómplices y familiares desde afuera.

La causa está a cargo del Juzgado de Control y de Faltas Nº 5 de la provincia de Córdoba, cuyo titular es el juez Carlos Lezcano.