Hemoderivados comenzará a producir el líquido conservador de órganos para trasplantes
La posibilidad de sustituir un órgano enfermo por otro sano es uno de los eventos más sobresalientes del siglo XX en el campo de la medicina, tanto por sus beneficios terapéuticos como por su impacto en el campo de la salud pública y su significación para el conocimiento del universo biológico.
En Argentina, el desarrollo y evolución de estos procedimientos tuvieron lugar en los últimos 30 años, a partir de la creación del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), en 1990. Ver Hitos de los trasplantes en Argentina.
Cabe recordar que en 2018 entró en vigencia la ley 27.447, dedicada a regular las actividades relacionadas a la obtención y utilización de órganos, tejidos y células de origen humano. Desde su sanción, la cantidad de donantes aumenta de manera sostenida.
Tanto es así, que en 2019 Argentina alcanzó una tasa de 19,65 donantes por millón de habitantes (PMH), la más alta de su historia.
En 2020, pese a la pandemia de COVID-19 fue posible sostener la operatividad de los programas de procuración y trasplante de órganos, tejidos y células. Sin embargo, la tasa de donación por millón de habitantes registró una considerable caída.
Esta situación comenzó a experimentar una importante mejoría en 2021 y colaboró para que la cantidad de trasplantes aumentara un 40 por ciento respecto a 2020.
En Córdoba, hasta fines de agosto de 2022, el Ente Coordinador de Ablación e Implante de Córdoba (ECoDAIC), dependiente del Ministerio de Salud de Córdoba y representante jurisdiccional ante el Incucai, había registardo 74 donantes de órganos y tejidos.
La cifra no solo representa un incremento del 64% respecto al año anterior, sino que habilitó la realización de 260 trasplantes en todo el país, según informó oportunamente esa organización.
Dos factores resultan cruciales para la conservación de los órganos ablacionados: una baja temperatura y un líquido conservador o solución especial que simula las condiciones del organismo para retardar los procesos naturales de degradación de los tejidos.
En este último trabajó durante varios años el Laboratorio de Hemoderivados de la UNC, a pedido del Incucai. Un dato ayuda a dimensionar el impacto de la solicitud: actualmente no existe producción nacional con esta formulación –que brinda los mejores resultados (gold estándar)– y por ese motivo la misma debe ser importada.
Para su desarrollo, el Laboratorio de Hemoderivados de la UNC tomó como referencia un líquido creado por la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos), considerado como el producto “estándar de oro” para la preservación de órganos abdominales, y cuya patente ya había caducado.
El último dato resulta crucial, porque habilita a cualquier industria farmacéutica en el mundo a producirlo libremente, salvo por un detalle: no existe información alguna sobre cómo es el proceso, cuáles son los pasos a seguir, ni cómo o en qué orden deben combinarse sus componentes.
En ese punto es donde el know-how de Hemoderivados lo ubicó en una posición privilegiada. Con una vasta experiencia en este campo, sus equipos técnicos –conformados por profesionales en bioquímica, ciencias farmacéuticas y biotecnología– analizaron toda la bibliografía disponible, produjeron el conocimiento necesario y avanzaron con los ensayos.
Ya elaboraron los primeros lotes a escala de desarrollo, optimizaron su formulación, concretaron los estudios de estabilidad con excelentes resultados y lograron el registro ante la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
El líquido se denomina “Solución Conservadora de Órganos W UNC” (SCOW UNC) y fue creado para su uso con riñón, hígado y páncreas. La letra W fue incluida en el nombre en reconocimiento a la institución creadora de la fórmula original.