Córdoba se encamina hacia la interrupción de la transmisión vectorial de Chagas

Sociedad08 de junio de 2023 Por El Objetivo
Se duplicó el total de viviendas evaluadas en el área endémica. Seis de los 11 departamentos de esta zona muestran bajos índices de infestación.
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Córdoba se encamina hacia la interrupción de la transmisión vectorial de Chagas

Durante el año 2022, el Ministerio de Salud de Córdoba logró duplicar la cantidad de viviendas evaluadas en el marco de las acciones de vigilancia y control vectorial en la zona endémica de Chagas en nuestra provincia, es decir, en los 11 departamentos del norte y noroeste en los que se registra presencia permanente de vinchucas.

Esta estrategia implica diferentes labores entomo-sanitarias, entre ellas, la búsqueda, captura y análisis de vinchucas en viviendas en riesgo, el rociado con insecticida en domicilios y peridomicilios positivos, la georreferenciación del área trabajada y la difusión de medidas preventivas.

Mientras que en el año 2021 se trabajó en 11.250 viviendas, en 2022 la cifra trepó a 25.730, lo que representa un incremento del 128 por ciento en relación con el año anterior. Si se considera la información a partir del año 2015, el aumento es aún más significativo, ya que en el período 2015 – 2020 el número de viviendas evaluadas promediaba las 2.400 por año.

Por otra parte, entre octubre de 2021 y marzo de 2023, etapa en la que el trabajo de las brigadas se enfocó en completar los dos ciclos de vigilancia y control en toda la zona endémica según normas, se evaluaron 29.024 de las más de 35 mil viviendas en riesgo de transmisión vectorial, lo que significa una cobertura total del 82 por ciento.

“Estos resultados son fruto de una serie de medidas y decisiones político-sanitarias llevadas a cabo por el Ministerio de Salud de Córdoba en los últimos años, que tienen como objetivo lograr la interrupción de la transmisión vectorial del Chagas en nuestra provincia y obtener la correspondiente certificación otorgada por OPS”, explicó Laura López, directora de Epidemiología.

Entre estas medidas, se amplió la capacidad operativa del Programa por medio de dos acciones concretas. Por un lado, en enero de 2022, se incorporaron 20 técnicos de campo a la División de Control de Vectores, para conformar 10 nuevas brigadas de vigilancia y control vectorial en toda la zona endémica. Además, también se sumaron equipos técnicos del Ministerio de Salud de la Nación que, desde entonces, recorren las viviendas situadas en los departamentos del norte cordobés y del Valle de Traslasierra.

Asimismo, la profundización de las acciones de vigilancia y control permitió incrementar el número de muestras de vinchucas recibidas, identificadas y analizadas en el Laboratorio Entomológico que, durante el año 2022, receptó y examinó un total de 1.188 ejemplares de la especie Triatoma infestans, provenientes de 639 viviendas positivas de los departamentos endémicos.

De esas 639 de viviendas, en 571 se encontraron vinchucas en el peridomicilio (89%), principalmente gallineros, mientras que en las 68 restantes (11%) se capturaron en el intradomicilio. Esta información es relevante ya que el riesgo de transmisión vectorial es mayor si estos insectos se encuentran dentro de las viviendas.

Con relación al análisis parasitológico de las vinchucas, de los 1.188 ejemplares de Triatoma infestans estudiados, solo siete (0,6%) fueron positivos (presencia de Trypanosoma cruzi, parásito que causa el Chagas).

Además, es importante recordar que a partir de este año se incorporó una línea telefónica (351-7046555) exclusiva para la notificación de vinchucas por parte de la población. Ello forma parte de las acciones de promoción y prevención que se llevan a cabo para fortalecer la vigilancia entomo-epidemiológica integral institucional y comunitaria, otro de los requisitos que exige la OPS para lograr la interrupción de la transmisión vectorial del Chagas.

Índices de infestación

Al evaluar los datos arrojados por los índices de infestación (presencia de vinchucas en viviendas) del año 2022, se observó un valor en el intradomicilio (IIID%) del 0,6% y en el peridomicilio (IIPD%) del 4,2%. La infestación de toda la unidad domiciliaria (IIUD%), que cuenta la presencia de insectos tanto en intra como en peridomicilio, arrojó un valor del 4,5%.

El análisis de estos índices es de vital importancia a fin de evaluar la situación del riesgo de transmisión vectorial del Chagas en toda el área endémica y en cada región en particular. Para lograr la mencionada certificación por parte de OPS, resulta necesario alcanzar un IIUD% menor al 3 por ciento.

“Hasta el momento, tenemos cuatro departamentos de la zona endémica con índices de infestación inferiores a ese 3 por ciento, Río Primero, Totoral, Río Seco y San Javier, mientras que otros dos, Sobremonte y Tulumba, estarán en condiciones de alcanzar ese porcentaje que requiere la OPS para certificar una vez terminado el segundo ciclo de vigilancia y control”, indicó Claudio Guzmán, coordinador de la División de Control de Vectores.

La certificación

Para lograr la interrupción de la transmisión vectorial de Chagas en la provincia de Córdoba y la correspondiente certificación emitida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), es necesario cumplir con ciertos requisitos basados en indicadores entomológicos, como los mencionados anteriormente.

Asimismo, se requiere cumplir con ciertos parámetros vinculados a indicadores de diagnóstico de la infección por Chagas en niños y niñas menores de 5 años de edad. De allí que desde marzo de este año el Ministerio de Salud lleva adelante la campaña “Córdoba sin Chagas”, destinada a este grupo etario, pero también abierto a personas de cualquier edad que quiera realizarse el estudio.

Hasta el momento, se realizaron análisis de diagnóstico a 993 personas en La Posta, Piquillín, Río Primero y Monte Cristo (departamento Río Primero), así como en La Pampa, Sarmiento y Villa del Totoral (departamento Totoral), de los cuales el 59 por ciento (587) corresponde a niños, niñas y adolescentes de hasta 19 años.

Además, es preciso garantizar que el sistema de vigilancia sea activo y permanente, con participación de la comunidad e involucrando las diferentes organizaciones y servicios generales de salud, entre otros requerimientos técnicos. La certificación se obtiene por medio de rigurosos procesos de monitoreo, evaluación y validación a cargo de los equipos técnicos de la OPS.

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