Científicos argentinos demuestran que un tipo de alga marina puede eliminar células tumorales
Azúcares de algas rojas, que habitan en los mares del mundo, tienen la capacidad de eliminar células tumorales, demostró un estudio realizado por investigadores argentinos, cuyo propósito es "contribuir al desarrollo de tratamientos con productos naturales", se informó.
Las moléculas utilizadas por los científicos de la UBA y el Conicet lograron eliminar "in vitro", es decir, dentro de un laboratorio y bajo condiciones controladas, células de cánceres de ovario, piel, mama, pulmón y vejiga.
"Si bien los resultados son alentadores, nosotros realizamos investigación básica y nos espera un largo camino hasta llegar a los ensayos clínicos. Pero, como todo en la ciencia, un pequeño paso hoy puede ser una gran noticia en el futuro, y esa es nuestra mayor esperanza", señaló a la Agencia CyTA-Leloir Gabriela Di Venosa, responsable del trabajo.
Los investigadores del CIPYP trabajaron con carragenanos, que son azúcares o polisacáridos extraídos de algas rojas aisladas de las costas de Argentina y Brasil, y que actualmente tienen diferentes usos en la industria farmacéutica, textil, gráfica y, fundamentalmente, como gelificantes o espesantes en alimentos.
Tal como revela la revista “Scientific Reports”, los investigadores subdividieron los carragenanos mediante un proceso llamado hidrolización. De esta manera obtuvieron moléculas aún más pequeñas (disacáridos), las purificaron y estudiaron su capacidad antitumoral.
“En los resultados in vitro, logramos alcanzar una muerte total de las células tumorales en líneas tumorales humanas y de ratón, incluyendo de cáncer de ovario y vejiga, melanoma, adenocarcinoma mamario y carcinoma pulmonar”, indicó Di Venosa.
Por otro lado, y de manera adicional, los resultados del estudio mostraron que la capacidad metastásica in vitro de las células tratadas con este compuesto a concentraciones menores que la letal estaba disminuida.
La investigadora destacó que el objetivo del estudio es poder desarrollar a futuro nuevos compuestos que puedan revertir la enfermedad en pacientes, “pero es preciso realizar antes estudios in vivo y luego ensayos clínicos para probar seguridad y eficacia para ver si los resultados establecen las condiciones para realizar ensayos clínicos”, indicó Di Venosa.
Del estudio también participaron Gustavo Calvo, Adriana Casas, Mariela Céspedes, Leandro Mamone y Daniel Saenz, del CIPYP; y Vanina Cosenza, Diego Navarro y Carlos Stortz, del Centro de Investigaciones en Hidratos de Carbono (CIHIDECAR), que depende del CONICET y la UBA y funciona en el Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.