Un día para la Democracia y los Derechos Humanos en un país ofuscado

Sociedad 10 de diciembre de 2018 Por El Objetivo
Quizás queden como una efeméride más, pero no lo son. El 10 de diciembre aúna elementos esenciales para que un país como el nuestro supere el círculo vicioso en que quedó encerrado y que tanto padecemos.
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“Iniciamos una etapa que sin dudas será difícil, porque tenemos todos la enorme responsabilidad de asegurar hoy y para los tiempos, la Democracia y el respeto por la Dignidad del Hombre en la tierra argentina”, dijo, desde el balcón del Cabildo de Buenos Aires, el flamante presidente de la Nación Argentina, Raúl Ricardo Alfonsín. Era la mañana del soleado sábado 10 de diciembre de 1983.

Este lunes 10 de diciembre de 2018 se cumplen 35 años de aquel hecho. Y a la vez, se conmemora el 70° aniversario de la adopción por parte de la Organización de Naciones Unidas de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Al respecto, Eleanor Roosevelt, una de las mujeres que intervino en la redacción del documento que aprobara la ONU, manifestó: "En definitiva, ¿dónde empiezan los derechos humanos universales? En pequeños lugares, cerca de casa; en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en ningún mapa. (...) Si esos derechos no significan nada en estos lugares, tampoco significan nada en ninguna otra parte”.

No fue casualidad la coincidencia.

Es que el hombre que captó el apoyo de multitudes con su “rezo laico” llegaba con la intención de conjugar el sistema político más humano con los principios que consagran los derechos elementales de la persona.

A 70 años de un hecho, y a 35 del otro, la sociedad argentina se debate en una crisis que va más allá de la economía. La sociedad argentina juega con fuego. Con una llama encendida por el egoísmo, la ambición de poder, la falta de “Virtud Política” de todos los actores que intervienen en la vida institucional del país.

El Objetivo es, hoy y siempre, reivindicar las bases de una sociedad mejor, bajo el imperio de la ley, en el sistema democrático, y con la búsqueda permanente de la satisfacción de las necesidades de cada persona a través del acceso a sus derechos.

El 10 de diciembre no es un día más. Es el día para mirarnos hacia dentro y recargar el espíritu para encaminarnos a una vida trascendente, como individuos y como sociedad.

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