Córdoba fue reconocida por sus políticas en materia de economía circular y transformación digital
La Red de Innovación Local (RIL) entregó reconocimientos a la ciudad de Córdoba por sus sostenidas y novedosas políticas relacionadas al cuidado del ambiente, el reciclaje y la Economía Circular; y su proceso de transformación digital hacia una Smart City.
En materia ambiental, Córdoba es pionera en la recuperación de residuos que vuelven a ser insertados en el proceso productivo. Espacios como los Centros de Transferencia de Residuos y los Centros Verdes (que cuenta con uno específico para telas) son los encargados de acopiar y acondicionar los productos que serán reciclados.
El innovador paradigma de la Economía Circular pretende transformar el modelo productivo lineal a una eficiente en el uso de los recursos. Adaptando el concepto a la ciudad, desde la Municipalidad de Córdoba se generan marcos de anteojos con tapitas de gaseosa, mobiliario urbano con “madera plástica”, materiales didácticos y escolares, y hasta pisos antigolpe a partir de neumáticos fuera de uso que se colocan en el sector de juegos infantiles en las plazas.
“Los vamos a volver a invitar a Córdoba, porque en abril nos congregamos los que formamos parte de la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático. Y en junio realizaremos la quinta edición de la Cumbre Mundial de Economía Circular”, destacó Passerini.
La capital provincial también fue reconocida por su trabajo en la modernización y transformación digital del Estado: un proceso que agiliza la burocracia, facilita la gestión de trámites a los vecinos, evita engorrosos traslados a las dependencias municipales y ahorra tiempo de espera.
“Durante cuatro años acompañé a Martín Llaryora, nuestro gobernador, y juntos fuimos parte de la transformación de la ciudad. El paso que sigue es que Córdoba sea una Smart City”, fueron las palabras del intendente Daniel Passerini.
Córdoba Capital también recibió el certificado What Works Cities, un reconocimiento otorgado a los gobiernos locales por su uso excepcional de los datos para informar decisiones políticas, asignar fondos, mejorar los servicios, evaluar la eficacia de los programas e involucrar a los residentes.