Más Familias: un puente entre niños y personas que eligen acompañar

Sociedad12 de noviembre de 2025 Por El Objetivo
Celeste Tejeda con su esposo, Aníbal, y Lucas Pérez son parte de las familias cordobesas que se sumaron al programa para brindar contención y cuidado a niños dentro de un entorno familiar.
Más Familias
Más Familias: un puente entre niños y personas que eligen acompañar.Foto: Gobierno de Córdoba

Desde el Gobierno Provincial se informó que en cada punto de Córdoba laten historias diversas, muchas de ellas atravesadas por la luz del amor y la solidaridad. Relatos que forman parte de una red silenciosa de acompañamiento, asesoramiento y contención.

El programa Más Familias, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano, alienta una red que permite que más niños puedan crecer con la contención afectiva de una familia, mientras se resuelve su situación particular. rodeados de amor, aunque sea por un tiempo.

En el punto sur de Córdoba, a 290 kilómetros de la capital, en Monte Maíz, un pueblo de calles tranquilas, Celeste Tejeda y su esposo Aníbal decidieron abrir su casa —y su corazón— a una niña que necesitaba un entorno familiar.

“Siempre quise hacerlo, desde chica”, contó Celeste, con la serenidad de quien cumple un propósito largamente esperado. “Me acuerdo que iba con mi abuela a un lugar donde ella les daba la leche a los chicos. Yo la ayudaba con la tarea y creo que ahí, sin saberlo, empezó todo esto”.

El matrimonio, que tiene dos hijos de 5 y 11 años, se sumó al programa Más Familias, una iniciativa que acompaña y fortalece a las familias de acogida que deciden cuidar temporalmente a niños que transitan por momentos difíciles. En ese gesto cotidiano —un techo, una cena, un abrazo antes de dormir—, se tejen nuevas oportunidades.

La primera vez que conocieron a la niña fue, como dijo Celeste, “una mezcla de emociones”. “Lloramos todos, porque ella nos dijo: ustedes van a ser mi mamá y mi papá. Fue muy fuerte. En ese momento nos miramos y entendimos lo que significaba realmente abrir la casa a alguien más”, recordó.

Aníbal, que es bombero voluntario, confesó que al principio sintió incertidumbre. “No sabíamos cómo iba a ser, pero cuando la vimos fue pura emoción”.

Con el tiempo, la niña se integró por completo. “Fue aceptada por toda la familia. Mis papás, mi hermana, todos la apoyaron desde el primer momento. En el pueblo también. Apenas se enteraron, venían a ofrecer ayuda, a traer ropa o útiles. Es algo hermoso porque te das cuenta de que la familia se agranda, y la comunidad también”, resaltó Tejeda.

Monte Maíz, con su ritmo de interior, abrazó la noticia como si fuera propia. En la familia bomberil, incluso, se celebró: “Se agrandó la familia”, dijeron sus compañeros en una reunión. “Es una más, y eso se siente”, resumió Anibal.

En Córdoba capital, Lucas López también decidió formar parte del programa. Su historia comenzó muchos años antes, casi por casualidad. Como miembro de un grupo Scout, conoció al niño en el hogar Bainotti, cuando tenía apenas cuatro años.

“Yo era coordinador y él era parte del hogar. Desde ahí empezamos a vincularnos, y después me acerqué al hogar como voluntario. Sin darme cuenta, el vínculo se fue haciendo cada vez más fuerte”, comentó.

Con el tiempo, Lucas se anotó en el programa Más Familias y atravesó las entrevistas necesarias. El año pasado, finalmente, pudieron convivir. “Creo que lo más emotivo fue cuando me dijeron que podía quedarse conmigo. Fue algo que me atravesó por completo. Antes uno no sabe cómo se dan las vueltas de la vida, y de repente ya está, se queda conmigo”.

Hoy, Lucas junto al niño comparten la rutina y la ternura de una convivencia construida desde el respeto y el afecto. “Al principio fue adaptarnos, yo a su tiempo, él al mío, y después integrarlo a la familia, con mis sobrinos, mis hermanas. Conocer sus miedos, de dónde venía. Pero hoy ya está ensamblado, y eso es maravilloso”.

Historias en común

Ambas historias tienen un hilo común: la decisión de acompañar. De ser refugio. De ofrecer amor sin esperar nada más que una sonrisa o una tarde de juegos.

“Uno no puede cambiar el mundo entero, pero sí puede cambiar el mundo de un niño”, expresó Celeste, como si resumiera en una frase la esencia del programa.

Y Lucas concuerda: “Se necesitan manos. No es imposible. Poder ayudar a un niño o adolescente en estas situaciones se valora muchísimo”.

En cada historia hay transformaciones silenciosas. “La huella que deja un niño de acogida no se olvida más”, reflexionó Celeste.

“Les queda a ellos y a nosotros también. Es un tiempo en donde se brinda amor, hogar y afecto… y eso no se borra”.

Lucas, por su parte, lo dice de otra manera: “Antes vivía solo con mis dos perritos. Hoy mi vida cambió por completo. Aprendí a amoldarme, a compartir, a construir un nosotros”.

Sobre el programa

Más Familias acompaña a niñas, niños y adolescentes que no pueden permanecer con su familia de origen, garantizando que crezcan en un entorno familiar seguro y afectivo. Ofrece acompañamiento técnico, cobertura médica y apoyo integral a las familias que los reciben.

Esta iniciativa tiene cuatro modalidades para inscribirse a quienes estén interesados en formar parte del programa.

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