El Instituto de Estadísticas del Centro de Almaceneros de Córdoba registró en noviembre una inflación del 2,4%, apenas por encima del 2,3% anotado en octubre. Aunque la variación es mínima, la entidad remarcó que el costo de vida continúa firme por encima del 2%, incluso en un escenario de consumo deprimido y actividad comercial en retroceso.

El rubro que más impulsó la suba general fue Alimentos y Bebidas sin Alcohol, con un incremento del 2,6%. Dentro de este segmento, la carne vacuna volvió a marcar el ritmo inflacionario con una escalada superior al 10%, acompañada por subas del 6% en frutas y verduras.

A esto se sumaron aumentos en la Canasta Básica de Alimentos, en el precio del transporte urbano y en las tarifas de agua y electricidad, que avanzaron entre 3% y 4%. Según la entidad, este rubro aún no refleja en las estadísticas oficiales su verdadera incidencia sobre los hogares, un aspecto que –advierten– el Indec deberá revisar en su próxima actualización metodológica.

Más de la mitad de los hogares no cubre la Canasta Básica

El informe revela un deterioro social profundo: el 58,3% de los hogares relevados no logró cubrir la Canasta Básica Alimentaria durante noviembre.

Entre quienes sí consiguieron alcanzarla, el 72% lo hizo gracias a asistencia estatal, ya sea mediante AUH, Tarjeta Alimentar o programas provinciales.

Las estrategias de ajuste dentro del hogar también muestran la magnitud de la crisis:

• En el 51,7% de las familias, al menos un integrante eliminó una comida diaria, siendo la cena la más sacrificada.
• El 31,2% reportó hambre no satisfecho.
• El 19,8% debió pedir comida o dinero para alimentarse.
  Y en el caso más extremo, el 11% tuvo miembros que comieron solo una vez al día o directamente ayunaron de manera forzosa.

El alimento como deuda: 9 de cada 10 hogares deben financiar la comida

La forma de sostener el consumo básico también evidencia un cuadro crítico. El 89,2% de los hogares recurrió a algún tipo de financiación para comprar alimentos:

• 41,4% utilizó tarjeta de crédito,
• 37,7% compró al fiado,
• 10,1% pidió dinero prestado.
• Solo un 9,8% pudo adquirir alimentos sin financiar la compra.

Un país con inflación alta, ingresos debilitados y comercios en crisis

Los datos económicos y sociales de noviembre muestran una economía donde la inflación no afloja, incluso con la actividad en recesión. Los alimentos continúan aumentando por encima del promedio general y los hogares, con ingresos cada vez más erosionados, dependen del crédito, la deuda informal o la asistencia estatal para sostener su alimentación.

En el plano comercial, la contracción del consumo deja al sector minorista frente a uno de los años más difíciles de la última década. Y desde la perspectiva política, el diagnóstico es contundente: sin medidas que recompongan ingresos y fortalezcan el poder de compra, cualquier programa económico aparece como socialmente inviable.