Opinión Por: El Objetivo 21 de diciembre de 2020

La interna debe ser el último recurso, no la primera instancia para la UCR

El presidente del Comité de Marull, departamento San Justo, Eduardo “Piter” Acosta, hace un llamamiento a la dirigencia de la UCR para no priorizar una interna cuando el común de la gente padece problemas de gravedad.  

El dirigente de San Justo insta a construir la unidad partidaria. - Foto: Archivo.

En estos tiempos que corren, es indispensable que no nos olvidemos de las desventuras por las que estamos pasando a diario los argentinos como consecuencia de esta cuarentena interminable; entre otras muchas, la falta de políticas públicas acertadas; una inflación por encima del 50 por ciento, y una corrupción que llega a niveles jamás sospechados.

Tenemos una pobreza estructural que nos debe avergonzar; aumentó la indigencia de manera bochornosa y cada día que pasa, a más argentinos les cuesta mantener un nivel de vida digno para ellos y sus familias.

El sector productivo se ve afectado por la falta de reglas claras y de políticas que alienten al crecimiento del mismo, y las consecuencias, también las sufre el asalariado, que ve peligrar su fuente de trabajo o no consigue un empleo sustentable que lo saque de la marginalidad.

El aumento en los niveles de inseguridad pública, sumado a la vacilación o irresolución constante del poder judicial, nos cercena todo tipo de futuro promisorio y nos llena el alma de miedo; dejándole “campo orégano” al odio, al resentimiento y la violencia; y aún así, en esta grave situación que vive el país y en particular nuestra provincia, el Radicalismo de Córdoba debe renovar sus autoridades partidarias para su normal funcionamiento institucional.

Dada estas circunstancias, los dirigentes tienen una gran posibilidad de redimirse y dar una muestra de que entienden cabalmente la gravedad de la situación, tienen la posibilidad de demostrar que son capaces de poner por encima de todo, los intereses de la gente y de la Unión Cívica Radical.

Entiendo y he defendido en muchas oportunidades la realización de internas partidarias, pero hoy, por todo lo expuesto, las considero inadecuadas. Es muy delicada la situación institucional, social y económica que vive el país; es indispensable que los dirigentes y potenciales candidatos, lean el contexto social. No se puede priorizar una interna cuando el común de la gente padece problemas de extremada gravedad. Es por ese motivo y no por otro, que sostengo la inviabilidad de un proceso interno en este tiempo.

Yo creo que las internas las están fogoneando algunos dirigentes, sedientos de ocupar un cargo partidario que los catapulte a algún cargo público o simplemente los moviliza un espíritu de revanchismo incomprensible en estos momentos.

Debo reconocer que hay dirigentes con genuinas inquietudes políticas y aspiraciones legítimas; es a ellos a los que quiero pedirles que revean sus posturas, que busquen mecanismo de diálogos y generen  espacios de encuentro para radicales de diferentes extracciones. La interna debe ser el último recurso, no la primera instancia.

Propongo que hagamos entre todos el Primer Programa de Gobierno Partidario Participativo para el radicalismo de Córdoba; consensuemos los lineamientos políticos y las políticas de alianza, para que los que tengan la responsabilidad de conducir la UCR de Córdoba, cuenten con una plataforma que los respalde, teniendo la tranquilidad y la certeza que todos los radicales (sin banderías) lo van acompañar y defender.

Ser dirigente del Radicalismo debe representar la lucha al lado del pueblo, de los que más necesitan. El dirigente debe ser un radical solidario, empático y colaborador, con capacidad de formar equipos de trabajo de alto impacto y que busque el consenso de manera permanente. Separarse de las etiquetas que nos quieren imponer algunos líderes, llenos de apariencias, egoísmos, ambiciones e insaciable codicia.

Tengo la firme convicción, que los afiliados que no tienen pretensiones y los simpatizantes del Radicalismo, no quieren hoy participar de una interna partidaria de dirigentes, que se miran el ombligo y se sienten el centro del universo. Hoy, los “radicales de a pie” quieren vernos unidos, transformados en una fuerza política con capacidad para ser oposición y alternativa de gobierno juntos a otras fuerzas políticas y sectores sociales.

Lo que debemos hacer en estos tiempos es visitar a los afiliados y simpatizantes, escucharlos con humildad y aprender de ellos; de esta manera involucrarlos en la responsabilidad de conducir este partido e informarles de la situación partidaria. Después, solamente después, y si no se ha conseguido el consenso, realizar una verdadera interna partidaria dentro de dos años. Les tenemos que demostrar  que no nos hemos rendido, que estamos al lado de ellos, al pie del cañón y más fuertes que nunca, que estamos en comunión con nuestros ideales, reconstruyendo el Radicalismo cordobés, el partido más fuerte que supo tener la provincia de Córdoba.

Lo verdaderamente distinto e innovador en estos tiempos, es estar juntos aún en las diferencias; el enemigo está fuera del radicalismo y para ganarle, debemos estar más unidos que nunca. Estoy convencido, que debemos volver a la carpa donde entren todos.

Levantemos todos juntos la bandera de la recuperación de la dignidad. Debemos devolver la dignidad perdida a nuestros jubilados, a los docentes, a los trabajadores del sector de salud y a todos los cordobeses que sufren la inseguridad de manera cotidiana. Debemos acompañar al sector productivo cordobés que padece en soledad la política confiscatoria de un Estado nacional voraz e indolente, con la complicidad silenciosa del Gobierno provincial.

 Eduardo Acosta

Presidente Comité de Circuito Marull - Departamento San Justo