La extinción de los osos polares ya tiene fecha
Los científicos han pronosticado por primera vez cuándo, dónde y cómo es probable que desaparezcan los osos polares, advirtiendo que si las emisiones de gases de efecto invernadero se mantienen al ritmo actual, casi todas las poblaciones de osos polares en el Ártico probablemente desaparecerán para 2100.
Ya en 2040, es muy probable que muchos osos polares comiencen a experimentar fallas reproductivas, lo que provocará extinciones locales, según un estudio publicado en Nature Climate Change.
El trabajo examina cómo los osos se verán afectados en dos escenarios diferentes de emisiones de gases de efecto invernadero. Los investigadores descubrieron que, en un escenario de emisiones sin mayores cambios, los osos polares probablemente solo permanecerán en las Islas de la Reina Isabel, el grupo más septentrional del archipiélago ártico de Canadá, a fines de siglo. E incluso si los gases de efecto invernadero se mitigarán moderadamente, es probable que la mayoría de las poblaciones de osos polares en el Ártico experimenten una falla reproductiva para 2080.
Se estima quedan 26 mil ejemplares
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que lo más probable es que durante este 2020 el Ártico se caliente más del doble que la media mundial, cuya temperatura estará un grado centígrado por encima de la de los niveles preindustriales entre el 2020 y el 2024, pero con un 20 % de posibilidades de que en alguno de esos años se eleve a 1,5 grados.
Los científicos estiman que quedan menos de 26.000 osos polares distribuidos en 19 subpoblaciones en Canadá, Alaska, Siberia, la isla Svalbard y Groenlandia. Por el derretimiento del hielo, los osos polares hoy no pueden encontrar suficientes focas para cazar y en tierra firme no cubren su alimentación básica. Por eso ya los hemos visto deambulando en pequeñas comunidades de Rusia casi moribundos, por falta de comida, y escarbando en los basureros de esas poblaciones.
Pese a que el hielo marino se derrite y se derretirá en primavera y verano como siempre ha sucedido, a medida que el Ártico se calienta la extensión del hielo en verano ha disminuido a un ritmo de un 13 por ciento por década, dicen los investigadores. Y mientras más hielo perdamos, más cerca estarán los osos de la extinción.
Los osos polares recurren a las reservas de energía acumuladas durante la temporada de caza de invierno para pasar los meses de verano. Aunque los osos están acostumbrados a ayunar durante meses, su condición corporal, capacidad reproductiva y supervivencia eventualmente disminuirán si se les obliga a pasar demasiado tiempo sin comer.
En el mar de Beaufort de Alaska, la población de osos ya descendió entre un 25 y un 50%. En tanto en la Bahía de Hudson, el lugar más al sur habitado por osos polares, se contabilizó una caída del 30% de esos animales desde 1987.
Los científicos estiman que quedan menos de 26.000 osos polares distribuidos en 19 subpoblaciones diferentes en Noruega, Canadá, Alaska y Siberia.
¿Cómo se llevó a cabo el estudio?
Para determinar cuándo los osos podrían alcanzar su límite fisiológico crítico, Molnár y sus colegas estimaron cuán delgados y gordos pueden ser los osos polares y modelaron el uso de energía de los animales para obtener un umbral de número de días que pueden ayunar antes de que disminuyan las tasas de supervivencia. Luego, combinaron esos umbrales con el número proyectado de futuros días libres de hielo marino para determinar cómo se verán afectadas las poblaciones en diferentes partes del Ártico.
El estudio examinó 13 de las 19 subpoblaciones de osos polares del mundo, que representan el 80% de la población total de la especie.
"Es importante resaltar que estas proyecciones son probablemente conservadoras", dijo Steven Amstrup, científico jefe de Polar Bears International y coautor del estudio.
A diferencia de otras especies amenazadas por la caza o la deforestación, los osos polares solo pueden salvarse si su hábitat está protegido, lo que requiere abordar el cambio climático a nivel mundial. Investigaciones anteriores han demostrado que incluso si reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero mañana mismo, todavía tomará otros 25 a 30 años para que la extensión del hielo marino se estabilice debido a todo el dióxido de carbono que ya está en la atmósfera. Es importante que el público entienda la urgencia del problema, dijo Amstrup.