Policía confirma que Phillips y Pereira fueron asesinados y encontraron sus restos
Los restos fueron enterrados a tres kilómetros de donde fueron asesinados, conforme confesión de uno de los dos detenidos por el caso, en un zona de difícil acceso entre pequeños arroyos en el Vale do Javari, en el oeste del estado de Amazonas, cerca de la frontera con Perú y Colombia informó Fontes.
La Policía Federal de Brasil había encontrado restos humanos en el lugar donde se estaba excavando en busca de los cuerpos del periodista inglés Dom Phillips y del indigenista brasileño Bruno Pereira, desaparecidos en la selva amazónica hace 11 días, luego de que un detenido confesara haberlos asesinado, informó el ministro de Justicia, Anderson Torres.
"Acabo de ser informado por la policía federal de que restos humanos fueron encontrados en el lugar donde estaban siendo hechas las excavaciones. Los restos serán sometidos a pericia y los investigadores darán conferencia de prensa en Manaos", informó el ministro en su cuenta de Twitter.
El anuncio se produce después de que varios medios locales reportaron que los dos sospechosos detenidos por el caso dijeron a la policía que Phillips y Pereira fueron asesinados y confesaran su participación en el crimen.
Las autoridades no confirmaron este dato hasta el momento, por lo que se espera la conferencia de prensa en Manaos.
Este miércoles, uno de los detenidos fue llevado por la policía al lugar de las búsquedas, según imágenes de la TV local.
De acuerdo con la policía, los sospechosos son Oseney da Costa de Oliveira, conocido como "Dos Santos", arrestado el martes, y Amarildo da Costa de Oliveira, un pescador apodado "Pelado", que fue detenido la semana pasada.
Colaborador del periódico The Guardian, Phillips, de 57 años, estaba preparando un libro sobre la preservación del medio ambiente en la Amazonía.
Pereira, un experto de la agencia del gobierno brasileño para asuntos indígenas (Funai), estaba haciendo de guía a Phillips en esa región peligrosa y de difícil acceso del Valle de Javarí, una zona estratégica para los narcotraficantes en la que también operan mineros, pescadores y madereros ilegales.