“En las ciudades se deben sembrar árboles, no talarlos” dice el director del jardín botánico de Londres
Richard Deverell, el director del Jardín Botánico Real de Londres, habla sobre el rol de los jardines botánicos en la sociedad actual, la importancia de la educación ambiental y la identificación de especies que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático y puedan satisfacer las necesidades humanas.
En una entrevista concedida a El Espectador, Deverell cuenta que los jardines botánicos juegan un papel muy importante a la hora de enfrentar tres grandes retos globales: el primero es la extinción, la pérdida de la biodiversidad. Los ecólogos estiman que del 20 % al 50 % de las especies naturales se pueden perder en este siglo si los humanos no cambiamos la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno.
El segundo desafío es cómo alimentar a una población global creciente. Las Naciones Unidas consideran que en los próximos treinta años habrá tres mil millones de personas más y la comida que producimos no alcanza. El tercer reto es la urbanización. Cada vez más gente está abandonando el campo y llegando a vivir a las ciudades. Este fenómeno hace que las personas se desconecten de la naturaleza y si se desconectan de ella no la valoran ni la cuidan como lo merece y lo necesita.
Además, cuenta que para prevenir la extinción de las especies, tenemos que proteger y cuidar las plantas que están en peligro. Los jardines, ayudan a conservar los ecosistemas vulnerables y, además, recolectamos, estudiamos y guardamos semillas salvajes para garantizar su reproducción. Este trabajo funciona como una póliza de seguros contra la extinción.
Por último, respecto a la urbanización, los jardines botánicos del mundo también pueden contribuir en la investigación de especies vegetales nuevas que se adapten al cambio climático y ayuden a que los cultivos sean más eficientes. Pueden, además, enseñar a la ciudadanía la importancia de la siembra de plantas y del cultivo de hortalizas dentro de las ciudades. Parte de nuestro deber es asesorar a los gobernantes en qué especie de árbol se adapta al entorno y cuál es la que la ciudad necesita. La botánica es la ciencia que va a salvar a la humanidad.
Fuente: El Espectador