En el primer trimestre de 2023 aumentó la desigualdad de ingresos
La brecha de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre fue de 18,5 veces (0,6 veces más que a fines de 2022), informó el INDEC.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dio a conocer la evolución de la Distribución del Ingreso correspondiente al primer trimestre de este año.
Entre los datos a destacar, se advierte que el ingreso medio per cápita familiar para el 100 % de la población es de $79.007, donde el ingreso más bajo alcanza los $28.356, el ingreso medio $70.100 y el ingreso más alto, $198.245.
En promedio, cada hogar contó con $79.000 por mes por cada integrante durante el primer trimestre de 2023. No solo es un nivel bajo de ingreso (no llega a representar 1,5 canasta básica un adulto equivalente), sino que además resulta casi 2% menor que un año atrás en términos reales.
En tanto, al reducir la población al 62,6% que recibió efectivamente algún tipo de ingreso, el monto medio es de $123.782. El mismo evidencia la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres, siendo que el ingreso promedio para los varones fue de $144.263, mientras que el de las mujeres fue de $103.964.
Respecto del origen de la fuente de ingreso, el organismo estadístico informó que el 76,6% de los ingresos corresponde a ingresos laborales, mientras el complementario 23,4% corresponde a jubilaciones y pensiones, cuotas de alimentos o ayudas en dinero de otros hogares, subsidios o ayuda social del gobierno.
Además, el informe destaca que el peso de los ingresos no laborales fue mayor para los deciles de ingreso total familiar más bajos, siendo igual al 57,6% en el primero y 14,3% en el décimo.
Uno de los datos para poder dimensionar la inequidad en la distribución de ingresos se evidencia en que la brecha de ingresos entre el decil más rico y el más pobre fue de 18,5 veces (0,6 puntos más que un año atrás).
Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, indicó que hay que prestar atención a dos datos importantes: "La primera es que se consolida el fenómeno del trabajador pobre, aquellas personas que están ocupadas, pero cuyos ingresos no superan la línea de pobreza equivalente, y la segunda, que hay una franja importante de los hogares cuyos ingresos se encuentran apenas por encima de la línea de pobreza y que, ante un shock negativo, pueden caer rápidamente en esta categoría", explicó.
Desde LCG agregaron que, con una inflación instalada en el 7%/8% por mes, la pérdida de poder adquisitivo es acelerada, afectando en mayor medida a aquellos que no se encuentran en condiciones de fijar precios ni cuentan con representatividad gremial.
En este sentido, podría pensarse que la asistencia estatal podría suavizar el impacto en la base de la pirámide socioeconómica. No obstante, en vistas de los resultados fiscales, el gasto en asistencia social se viene contrayendo a un ritmo del 30% real anual. (NA)