Un nuevo escándalo sacude a la Policía de Córdoba apenas una semana después de la detención de altos funcionarios de la fuerza. Alejandro Mercado, subjefe de la Policía; Cristian Cabrera, jefe de las Brigadas Civiles; y la subcomisario Verónica Aguilar, fueron arrestados bajo acusaciones de colaborar con una banda dedicada a la "reducción" de celulares robados, entre otros delitos.

El caso se agrava con el reciente hallazgo de dos teléfonos robados dentro de una base policial. Estos dispositivos fueron sustraídos el pasado fin de semana de un local bailable en el centro de Córdoba. El fiscal Guillermo González está evaluando la posibilidad de imputar y detener a más agentes de la fuerza tras el descubrimiento.

Según fuentes cercanas a la investigación, la geolocalización de uno de los teléfonos robados llevó a los investigadores al Departamento Motocicletas Sur de la Dirección de Seguridad Capital, situado en la intersección de Duarte Quirós y Diego de Cala, en el barrio Las Palmas. Esta base, que alberga motocicletas y equipos oficiales, solo es accesible para personal policial.

Durante una requisa, los investigadores encontraron los dos teléfonos robados escondidos en un baño exclusivo para policías. El fiscal González había ordenado una inspección exhaustiva de todos los oficiales presentes en ese momento.

Los investigadores son optimistas sobre la identificación de los responsables. La sospecha es grave, ya que los teléfonos robados ya estaban en posesión de la policía pocas horas después del robo. La información clave para el descubrimiento provino de una de las víctimas, que proporcionó las coordenadas que llevaron a la recuperación de su dispositivo y a la localización del segundo teléfono robado.

La investigación sigue en curso, y la fiscalía continúa trabajando para esclarecer la situación y determinar la implicación de otros efectivos en este nuevo escándalo que conmociona a la fuerza policial.