Casi 4 de cada 10 estudiantes que apuestan en línea tienen conductas de riesgo y problemas de juego
Las apuestas en línea se han convertido en una práctica habitual para un porcentaje significativo de la comunidad estudiantil universitaria, según resultados preliminares de un estudio desarrollado por la Unidad de Estudios Epidemiológicos en Salud Mental de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
La investigación, llevada a cabo entre 496 jóvenes de 18 a 21 años revela que las dinámicas del juego digital responden a motivos de entretenimiento, pero también pueden derivar en comportamientos de riesgo y patológicos.
El estudio se realizó durante la primera quincena de octubre de este año e indicó que 40% de personas encuestadas apostó dinero en juegos en línea al menos una vez. La cifra subraya la magnitud del fenómeno, ya que se trata de una muestra representativa de la comunidad educativa en pleno desarrollo académico.
Raúl Gómez, director de la investigación, explica que la adicción al juego tiende a desarrollarse a una edad más temprana cuando se trata de apuestas en línea. “Aunque la edad de inicio en el juego patológico se sitúa en la adolescencia media (14 a 17 años) y tardía (18 a 21), cuando se trata de juego en línea surge a una edad más temprana, ya que muchos comienzan a jugar en grupo, con apuestas colectivas”, detalla Gómez.
Este fenómeno, ampliamente documentado en países como España, representa una preocupación en aumento en Latinoamérica y particularmente en Argentina, donde existen pocas investigaciones al respecto.
Una de las características sobresalientes es que los varones muestran mayor propensión a participar en apuestas en línea en comparación con sus compañeras. El 42% de los varones encuestados declaró haber jugado alguna vez, mientras que lo hizo 26% de las mujeres. El 80% de estudiantes que se identifican con otros géneros contestaron haber apostado.
La edad también se revela como un factor clave en esta práctica. A mayor edad, aumenta la probabilidad de haber participado en apuestas en línea. Las personas encuestadas de 21 años presentan una mayor tasa de participación, en comparación con las de 18 años, menos expuestas a esta práctica.
¿Quiénes apuestan más?
El estudio también identificó factores sociodemográficos relevantes. Por ejemplo, estudiantes de la ciudad de Córdoba mostraron mayor tendencia a apostar en línea, seguidos de cerca por quienes provienen del interior de la provincia. En cambio, estudiantes de otras provincias u otros países presentaron tasas más bajas de participación.
Otro dato relevante del estudio es la relación entre los ingresos económicos propios y la frecuencia de juego. Alejandra Cuasnicu, integrante del equipo de investigación, observa que “la encuesta muestra que los estudiantes que generan de sus propios recursos económicos tienen mayor probabilidad de haber jugado”.
El 74% de estudiantes que trabajan para financiar sus estudios admitieron haber apostado alguna vez, frente al 35% de quienes dependen económicamente de sus familias. Además, ninguna persona encuestada que tiene como único ingreso una beca declaró haber participado en apuestas online.
Para Gómez, el contexto económico también juega un rol determinante: “Una situación económica como la actual, caracterizada por recesión, incremento inédito de la pobreza y el desempleo, funciona como potenciador del involucramiento en los juegos de azar”, señala.
Tipos de juegos y frecuencia
}Entre 196 estudiantes que afirmaron haber apostado alguna vez en línea, se observa una diversidad en los tipos de juegos elegidos. Más de la mitad indicó que su principal actividad de apuestas son los casinos en línea, mientras que 12% se inclinó exclusivamente por las apuestas deportivas. Otro 24% señaló que, además de las apuestas deportivas, también participa en otros juegos como la lotería o los casinos en línea.
Sin embargo, a pesar de la alta tasa de participación, sólo 18% de quienes alguna vez apostaron continúa haciéndolo de forma activa. El resto mencionó haber dejado de jugar por varias razones, siendo las más comunes la falta de interés o el aburrimiento.
Fuente: UNCiencia (Andrés Rubino)