Una mancha solar 10 veces más grande que la Tierra preocupa a los astrónomos

Desde hace varios días, astrónomos de todo el mundo mantienen bajo estricta observación a AR 4079, una enorme mancha solar que se formó en la superficie del Sol y que, por su tamaño y ubicación, podría representar un riesgo potencial para la Tierra. La región activa se ubica justo sobre la línea ecuatorial del astro y alcanza un diámetro de 140.000 kilómetros, más de diez veces el tamaño de nuestro planeta.
Si bien la presencia de manchas solares no es inusual, lo que hace particularmente llamativa a AR 4079 es su orientación directa hacia la Tierra durante varios días. “Hoy está más en el borde de nuestra estrella, pero hace cuatro días estaba en el centro, apuntando directamente hacia nosotros”, explicó el astrónomo Claudio Martínez en diálogo con Infobae. Según detalló, esta mancha es tan grande que puede verse a simple vista utilizando filtros solares certificados o anteojos especiales para observar eclipses.
Las manchas solares son zonas más frías y oscuras de la superficie del Sol, con temperaturas que rondan los 3.300°C, frente a los 5.000°C de las áreas circundantes. Se forman por la intensa actividad magnética del plasma solar, que impide el flujo normal del calor hacia la superficie.
Alta actividad magnética y riesgo de tormentas solares
AR 4079 fue clasificada como una mancha beta-gamma-delta, una de las más complejas según su estructura magnética. Este tipo de formaciones son capaces de producir fenómenos como llamaradas solares y eyecciones de masa coronal (CME), ambos con el potencial de alterar las condiciones en la Tierra.
Una CME ocurre cuando el plasma solar es expulsado violentamente al espacio. Si esa eyección se dirige hacia nuestro planeta, puede desencadenar una tormenta geomagnética que afecte sistemas de comunicación, navegación GPS, redes eléctricas y satélites. Además, este tipo de eventos también genera auroras boreales y australes, visibles en latitudes medias y altas.
La meteoróloga italiana Margherita Erriu advirtió sobre el peligro potencial de una CME asociada a esta mancha: “Si la región AR 4079 emitiera una llamarada especialmente violenta, o una eyección de masa coronal, la Tierra podría ser azotada por un viento solar extremadamente intenso que perturbaría gravemente nuestros sistemas tecnológicos”.
Por ahora, AR 4079 ya generó varias llamaradas solares de clase M, consideradas de intensidad media, pero aún no se ha producido una CME de gran escala. No obstante, la vigilancia sigue activa, ya que la configuración magnética de la mancha podría dar lugar a una erupción solar más poderosa en las próximas horas.
Desde la NASA recuerdan que el Sol está compuesto por plasma cargado eléctricamente, lo que provoca distorsiones en su campo magnético. Estas distorsiones, cuando se retuercen o se enredan, dan origen a estas zonas oscuras y activas que pueden tener consecuencias directas sobre la vida cotidiana en la Tierra.
Científicos y observatorios solares internacionales continúan monitoreando a AR 4079 con atención. Aunque su paso directo frente a la Tierra ya está finalizando, su actividad sigue siendo impredecible, y un evento de gran magnitud aún es posible.