Crean una vacuna para evitar la muerte de las abejas
Las abejas contribuyen a la polinización del 90% de los principales cultivos en el mundo. Pero en los últimos años estos insectos han sido diezmados por el misterioso "síndrome del desplome de las colonias de abejas". Se culpa de esa situación a los ácaros, pesticidas, virus u hongos e incluso a una mezcla de varios de estos factores.
Según la ONU, más del 40% de los polinizadores invertebrados, en particular las abejas y las mariposas, están amenazados de extinción. Su vertiginoso declive podría, según los científicos, generar un alza de los precios de los alimentos, y un riesgo de penurias.
La vacuna, producto del trabajo de un equipo de la universidad de Helsinki, Finlandia, procura a las abejas la resistencia necesaria para combatir enfermedades microbianas graves, potencialmente mortales para las comunidades de polinizadores.
"Si podemos salvar aunque sea a una pequeña parte de las abejas con este invento, creo que haríamos nuestra buena acción, salvando un poco al mundo" declaró Dalial Freitak, investigadora que dirige el proyecto. "Un aumento del 2 al 3% de la población de las abejas sería incluso enorme" afirmó a la agencia AFP.
Antes se creía que era imposible vacunar a insectos, ya que no tienen anticuerpos, uno de los principales mecanismos que los humanos y otros animales usan para combatir las enfermedades.
Pero en 2014 Freitak, especialista en insectos e inmunología, se dio cuenta de que las mariposas alimentadas con ciertas bacterias transmitían su inmunidad a su progenitura. Freitak junto a otra científica, Heli Salmela, crearon una vacuna contra la "loque americana", la más extendida y destructora de las enfermedades bacterianas de la abeja.
El tratamiento es administrado a la abeja reina mediante un azucarillo, de la misma manera en que los niños reciben la vacuna contra la polio. La reina transmite luego su inmunidad a su progenitura.
El equipo intenta que la vacuna esté disponible en el mercado, pero "hay numerosos obstáculos reglamentarios" por lo que esperar "cuatro a cinco años para llegar al mercado es una estimación optimista", según Freitak
Varias causas
Los científicos creen que las enfermedades son solo una de las numerosas causas de la pérdida de polinizadores. También lo son la agricultura intensiva, que reduce la diversidad de la alimentación de insectos, y los pesticidas.
Pero el equipo de Freitak cree que la protección de poblaciones de abejas contra las enfermedades las hará mas fuertes, y por tanto mejor dotadas para resistir a las demás amenazas.
La Unión Europea y Canadá votaron a favor de la prohibición de neonicotinoides, considerados muy nocivos para la reproducción de las abejas.
Según un estudio de la ONU publicada en 2016, el equivalente de 507.000 millones de euros de alimentos cultivados cada año dependen directamente de los polinizadores. En tanto, el volumen de alimentos producidos que requieren de los polinizadores ha aumentado un 300% en los últimos 50 años.
Con la disminución de los polinizadores, algunos agricultores han acudido al alquiler de abejas o a la polinización manual, como es el caso de árboles frutales en algunas regiones de China.
En Helsinki, el proyecto está apoyado en una financiación exterior, pero el equipo intenta proseguir sus investigaciones en la Universidad de Graz en Austria, la del célebre zoólogo Karl von Frisch. Sus descubrimientos sobre la danza de las abejas como método de comunicación y su aplicación al lenguaje humano le valieron el premio Nobel de medicina en 1973.