Gallegos y vascos votan mañana en los primeros comicios desde el inicio de la pandemia
Los ciudadanos que acudan a votar tanto en Galicia como en el País Vasco deberán ir con el barbijo puesto y solo quitárselo en caso de que se les requiera para comprobar su identidad, y deberán mostrar su DNI, pero no entregarlo, para evitar posibles contagios.
No podrán votar más de 450 personas infectadas con coronavirus, según informaron los Gobiernos de ambas regiones, que advirtieron a los ciudadanos que de saltarse esa prohibición estarían incurriendo en un delito de desobediencia y contra la salud pública.
El presidente de Galicia, el conservador Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular (PP), aspira a revalidar su cuarta mayoría absoluta, igualando al histórico caudillo Manuel Fraga, quien gobernó hasta 2005.
Los sondeos apuntan a que conseguirá la reelección. Sin embargo, Feijóo depende mucho del voto de las personas mayores y jubilados, el grupo de mayor riesgo frente al coronavirus y en el que podría incidir el temor al contagio como factor de desmovilización.
En el País Vasco, el lehendakari (jefe de Gobierno), Iñigo Urukullu, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), hegemónico desde 1990, también parte como favorito y las encuestas auguran que podrá volver a formar Gobierno con los socialistas, que mejorarían su resultado.
No obstante, en un escenario inédito como el actual, el propio Urukullu no da nada por seguro mientras la izquierda advierte que formar un Gobierno alternativo, con socialistas e independentistas "está al alcance de la mano".
Tanto en el caso de Feijóo como Urkullu, sus liderazgos se reforzaron durante la crisis del coronavirus, de ahí que no querían que los comicios se aplazaran demasiado y, ante la advertencia de los expertos de que llegarían nuevos brotes, decidieron fijar la fecha para este domingo.
Feijóo, quien durante años recibió críticas por los recortes en el sector sanitario, logró salir reforzado de la primera ola de coronavirus, que no tuvo una gran incidencia en su región.
En clave nacional, si Feijóo revalida su mayoría absoluta esto puede derivar en un replanteo de la estrategia del actual líder PP, Pablo Casado, quien está instalado en la confrontación al Gobierno de coalición progresista de España, al que busca desgastar con duras críticas a su gestión de la crisis del coronavirus.
En tanto, el resultado electoral del País Vasco tendrá un impacto más en términos de estabilidad política, ya que el partido de Urkullu, el PNV, juega un rol estratégico de apoyo al PSOE (Partido Socialista) de Sánchez en La Moncloa, en un momento en el que está pendiente aún la aprobación del próximo presupuesto nacional.
Si el resultado del PNV no es aplastante, los socialistas vascos tendrán que tomar una difícil decisión, entre apoyar a Urkullu o un Gobierno alternativo de izquierda, que mande al nacionalismo a la oposición, lo que puede traducirse en una pérdida de apoyo al Ejecutivo nacional.