Garbarino no encuentra inversionistas y crece la presión por deudas y salarios impagos
En Junio de 2020, la familia Garbarino no pudo continuar las operaciones, no sólo de su marca insignia de venta de electrodomésticos, sino también de empresas como Compumundo; Garbarino Viajes y la ensambladora de celulares en Tierra del Fuego que, a la fecha, permanece tomada por los operarios.
Hace un año que el dueño del Grupo Prof y pro tesorero del club San Lorenzo de Almagro, Carlos Rosales, compró esta cadena de compañías, seis firmas en total, prometiendo, en primer lugar, sanear las finanzas y operaciones de la empresa, para luego, encarar una ampliación de operaciones a nivel regional.
Rosales se quedó con el CEO que dirigió las operaciones hasta su ingreso a la compañía, Carlos García, y jubiló a los hermanos Daniel y Omar Garbarino. En plena pandemia de coronavirus, el nuevo dueño mejoró la situación en el registro de deudores del Banco Central donde figuraba la empresa Garbarino con varios cheques pendientes de pago. Aportó más de 300 millones de pesos para reducir un pasivo cercano a los 2.000 millones de pesos.
Cuando asumió la gestión Rosales, Garbarino contaba con una nómina de 4325 empleados, 191 sucursales y 54 locales de la marca Compumundo y 32 centros de distribución logística en todo el territorio nacional. La apuesta del empresario era la de complementar la venta física con un mayor impulso de la oferta en el canal digital que se ha revelado como la modalidad favorita de compra de los consumidores desde que las restricciones y cuarentenas se apoderaron de la vida diaria de los argentinos.
Hoy la empresa está peor que ayer y es noticia porque el 17 de junio pasado, un grupo de trabajadores de Garbarino tomaron el depósito central de la compañía ubicado en La Tablada tras denunciar que hace dos meses que no cobran el sueldo y un año de inestabilidad total.
El viernes 25, más de 300 trabajadores del grupo se movilizaron a las oficinas ubicadas en Juncal 1126 y luego se dirigieron a Plaza de Mayo para visibilizar sus reclamos. En Tierra del Fuego, los operarios de Tecno Sur y Digital Fueguina marcharon por las calles céntricas de Río Grande.
Los reclamos fueron similares, salarios adeudados, trabajo encubierto y tercerizado sin reconocer. Erika Soria una delegada sindical dijo “sabemos que se quiere hacer una reestructuración de la empresa convirtiendo todo el negocio a la venta electrónica y hacer de Garbarino una plataforma de internet pero lo están haciendo atropellando todos nuestros derechos laborales”. Muchos testimonios de lo que sucede con los empleados de Garbarino se pueden escuchar en redes sociales con el hashtag #GarbarinoNoPaga.
La situación con los proveedores no es mucho más auspiciosa. Producto de la caída de las ventas, en torno a un 60% en abril y un 70% en mayo, voceros de la empresa afirmaron a NA que “la reactivación insinuada en el verano se cortó con las medidas de restricción por la segunda ola de Covid”.
Desde luego que menores ventas ha significado mayores deudas y una cadena de pago resentida, una vez más. Si observamos los registros del Banco Central, a la fecha, acumula 3251 cheques rechazados por un monto de 4061 millones de pesos. Entre los principales acreedores se encuentran las firmas financieras, Frincredit ( $186 millones); Finares ($148 millones) ; el Banco Nación ($ 83 millones); el HSBC ($54 millones) y American Express ($13 millones).
En búsqueda de inversores
Por ello, la preocupación crece con el correr de las horas porque la propuesta de Facundo Prado está prácticamente caída según aseguran en su entorno. Esta semana vence el período de exclusividad pactado por la firma al suscribir un pre-acuerdo e inclusive se realizó una due diligence, auditoría, para evaluar la viabilidad de la operación de compra.
Sin embargo, la propuesta realizada por Facundo Prado, empresario tucumano dueño de la tarjeta de crédito Centrocard y del grupo de telecomunicaciones Supercanal Arlink con presencia en 14 provincias, habría sido declinada por Carlos Rosales.
Voceros de Garbarino expresaron que continúan con el proceso para hallar un comprador o un inversionista que acceda a la sociedad e inyecte capital que aliviaría la crisis financiera de Garbarino y el resto de las 5 empresas. Por ello, si existe un plan B, se trata de un proyecto amplio, con varias posibilidades para aquel empresario o grupo empresarial que quiera ingresar. Las opciones pasan por la venta de todas las empresas, la venta de parte de la participación accionaria del Grupo Prof y hasta una tenencia minorista de acciones de Garbarino.
Esta semana será crucial para el futuro de la tradicional cadena de electrodomésticos.