Día Internacional del Libro: avanza el proyecto para crear una biblioteca universal
En las postrimerías del siglo XX, la Unesco resolvió tomar medidas para fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual e instituyó el Día Internacional del Libro. La agencia de las Naciones Unidas que se especializa en la Educación, la Ciencia y la Cultura eligió el 23 de abril porque en esa fecha de 1616 se habrían producido las muertes de Miguel de Cervantes Saavedra, el Inca Garcilaso de la Vega y William Shakespeare.
Algunos autores advirtieron que, en realidad, la coincidencia no es tan perfecta porque hubo una confusión con el calendario vigente y el dramaturgo inglés dejó este mundo el 23 del Juliano que corresponde al 3 de mayo en el Gregoriano. Como sea, el 23 de abril quedó firme para celebrar la existencia del libro, un extraordinario vehículo de conocimiento que con la apariencia actual tiene vigencia desde el siglo V cuando surgió el llamado formato códice o encuadernado que permitió reducir su tamaño.
A esta altura de la evolución de la industria editorial y del desarrollo tecnológico, medio mundo se ha embarcado en la discusión sobre si conviene el libro de papel o si el formato transita sus últimos años, definitivamente reemplazado por los dispositivos digitales. Aparecen a diario argumentos para respaldar uno u otro pero, en rigor, hay cuestiones más importantes que resolver. Entre ellas, el acceso al libro que sigue siendo prohibitivo para muchos sectores de la sociedad.
Desde 2011 Argentina cuenta con una ley de fomento del libro y la lectura que contempla incrementar y mejorar la producción editorial nacional, con el propósito de que el sector editorial y gráfico del libro dé respuesta a los requerimientos culturales y educativos en condiciones adecuadas de calidad, cantidad, precio y variedad.
La norma también está orientada a preservar y asegurar el patrimonio literario, bibliográfico y documental de la Nación editado o inédito, a través de la actualización y el desarrollo de las bibliotecas y los archivos públicos y privados.
En Córdoba la última edición del Programa de Estímulo a las Ediciones Literarias Cordobesas culminó en los últimos días de diciembre con la entrega a bibliotecas y centros culturales de libros publicados por 66 editoriales locales.
De esta manera, un total de 9.754 libros adquiridos por el Poder Legislativo fueron distribuidos a 193 bibliotecas e instituciones culturales de todo el territorio, en el marco de un programa que busca fomentar el crecimiento de autores y editoriales de la provincia de Córdoba.
“Las Nuestras” se llama la editorial de la provincia que hace más de una década se impuso como objetivo visibilizar a las mujeres que la historia había ignorado. Además de rescatar del olvido a las que participaron del Cordobazo, también concretó un acto de reparación al editar “Verdades como criptas”, una recopilación de poesías de la autora cordobesa Susana Romano Sued.
La obra había obtenido en 1980 el Primer Premio en el certamen de poesía Luis José de Tejeda pero no sólo le retacearon la entrega del dinero con el que estaba dotado. Tampoco imprimieron la cantidad de ejemplares comprometidos y los pocos que vieron la luz terminaron arrumbados en un depósito. No hay que olvidar que el país transitaba los años oscuros de la dictadura militar y a los responsables de la cultura en Córdoba se les ocurrió que la portada –la foto de una pared intervenida por Miguel Cachoíto De Lorenzi, el prestigioso diseñador de La Voz del Interior-contenía alguna clase de mensaje subversivo cifrado.
En noviembre de 2017, finalmente, el libro, incluyendo su portada original pudo ser presentado en sociedad, con todo el reconocimiento que merecía la escritora que esperó décadas para que su obra llegara al público.
Lo cierto es que el libro, digital o de papel, mantiene su condición de vehículo del conocimiento y la comunicación y permite el acceso al mundo de la fantasía. Desde que se popularizó el uso de Internet hay intentos de digitalización masiva de libros para democratizar la lectura.
La iniciativa más desarrollada es la de Google Libros, que con el respaldo de las Universidades de Harvard, Michigan, Nueva York, Oxford y Stanford ha individualizado alrededor de 1.700.000 títulos con los que aspira a crear una súper biblioteca digital, a disposición del mundo entero. (Fuente: cba.gov.ar)