Con un escenario devastador en asenso, el sismo en Turquía se ubica como uno de los más mortíferos
Después de seis días atrapados entre los escombros, un bebé y una adolescente fueron rescatados este domingo con vida tras el devastador terremoto en Turquía y Siria que, según la ONU, podría haber causado el doble de los 28.000 muertos contabilizados hasta ahora.
Recién llegado el sábado a Kahramanmaras, cerca del epicentro del sismo en Turquía, el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, aseguró a la cadena Sky News que el saldo de víctimas todavía podía aumentar considerablemente.
"Es realmente difícil estimar de forma muy precisa, porque tienes que llegar debajo de los escombros, pero estoy seguro que se va a duplicar o más", afirmó Griffiths.
Los últimos balances sitúan el número de muertos por el sismo, el más mortífero en la región desde 1939, en 28.191 personas (24.617 en Turquía y 3.574 en Siria).
En medio de un escenario devastador y un frío glacial, decenas de miles de socorristas locales y extranjeros trabajan entre las ruinas en busca de señales de vida.
En ese marco, y aunque pasaron ya seis días desde el sismo de magnitud 7,8 ocurrido en la madrugada del lunes, siguen emergiendo historias milagrosas de sobrevivientes.
Un bebé de siete meses llamado Hamza fue rescatado con vida más de 140 horas después del sismo en la provincia de Hatay (sur de Turquía) y la adolescente Esma Sultan, de 13 años, fue salvada en la vecina Gaziantep, según medios estatales que reproduce la agencia de noticias AFP.
En tanto, la preocupación para los sobrevivientes no es solo rescatar más personas con vida, sino también encontrar los restos de sus familiares fallecidos.
"Las autoridades ya no quieren conservar los cuerpos más allá de un cierto plazo, y los llevarán a enterrar", comentó Tuba Yolcu en Kahramanmaras, al tiempo que imploró: "Que Dios me ayude a encontrar a mi tía".
El tiempo aprieta no solo para las personas que se sospechan atrapadas entre la destrucción, sino para cientos de miles de personas afectadas sin casa, con hambre y frío.