El barco ruso que acudió en ayuda de los marineros del General Belgrano
El ARA General Belgrano era un crucero de la Armada Argentina que anteriormente, bajo bandera estadounidense y el nombre de USS Phoenix había participado en la Segunda Guerra Mundial.
En 1951 fue vendido a Argentina e ingreso a servicio como el ARA 17 de Octubre. Cuatro años después, fue rebautizado como General Belgrano, en homenaje al general y abogado Manuel Belgrano, quien además de ser héroe de la independencia de Argentina, había fundado la Escuela Náutica en 1799, ahora conocida como Escuela Nacional de Náutica Manuel Belgrano.
Veintisiete años después, el 16 de abril de 1982, bajo las órdenes del comandante Héctor Bonzo zarpó hacia la Isla de los Estados, en el departamento Ushuaia, con la misión de realizar tareas la vigilancia e interceptar a unidades del enemigo. Catorce días antes, Argentina, bajo el mando de la Junta Militar, había recuperado las islas Malvinas.
El hundimiento
El día 2 de mayo, el comandante Chris Wreford-Brown a bordo del submarino nuclear HMS Conqueror ordenó hundir al ARA General Belgrano, aunque el buque se encontraba fuera del área de exclusión militar de 200 millas de radio establecida por el propio Reino Unido alrededor del disputado archipiélago.
El capitán del submarino, quien contaba con la información satelital facilitada por EEUU, había recibido la orden directa de la premier británica Margaret Thatcher, quien se encontraba reunida con su gabinete de guerra.
Primero un satélite había detectado al Rosales, que por tener motores diésel era más fácil de captar y luego el sonarista identificó el objetivo en su pantalla del submarino a unos 50 kilómetros. Cuando se acercaron vieron con su periscopio, además del "Belgrano" y el "Rosales", al destructor "Piedrabuena".
Dadas la novedades a Londres, se dedicaron a seguir al "Belgrano" por dos días hasta que por orden directa, lanzaron tres torpedos, de los cuales dos dieron en el blanco, eran modelo 1943, con ojivas explosivas de 378 kilos. Fueron disparados a unos 1.250 metros del "Belgrano".
El "Belgrano" llevaba a bordo a 1091 tripulantes. El tenor Darío Volonté recordaría para La Nación los terribles momentos en los que los tripulantes del barco buscaban una salida de aquella trampa mortal: “Me la había memorizado. Fuimos saliendo y agarrando gente que estaba herida o con dificultades para salir. Después llegué a mi puesto de abandono del buque y lo siguiente era que la balsa respondiera bien”.
El barco se hundió por completo a las 17:00 y 323 tripulantes no consiguieron ponerse a salvo (se estima que el impacto del primer torpedo mató a 274). Muchos de los marinos argentinos supervivientes tuvieron que pasar horas, hasta más de un día, flotando a la deriva en balsas, navegando en aguas con temperaturas bajo cero.
El rescate
Una vez recibida la noticia, se dirigieron al lugar cuatro aviones y los buques argentinos Gurruchaga, Bahía Paraíso, Bouchard y Piedrabuena.
A todo esto, el primer barco en llegar fue ruso, el barco de arrastre BMRT Belokámensk, al mando del capitán Revkov. Siempre se especuló que dicho barco se tratase de un buque espía, asunto que nunca se confirmó oficialmente pero muchos aseguraron en voz baja.
Lo único que pudieron rescatar fueron tres cadáveres con sus salvavidas puestos y tras recibir la orden de Moscú de frenar la búsqueda se dirigieron al puerto más cercano en Argentina, donde evitaron desembarcar y, según relata el libro Conflicto en el Atlántico Sur, los cuerpos rescatados fueron transferidos a un barco argentino que los transportó hasta puerto.