Las ciudades de Florianópolis y Balneário Camboriú, en el estado brasileño de Santa Catarina, enfrentan una crisis provocada por lluvias torrenciales que han causado graves inundaciones en la región. En Camboriú, se registraron precipitaciones de hasta 167 milímetros en tan solo seis horas, obligando a la alcaldesa Juliana Pavan a declarar el estado de emergencia.

Las calles se transformaron en ríos, afectando tanto a residentes como a turistas. En Florianópolis, barrios enteros quedaron aislados, y el cierre de importantes avenidas, como la BR-101, complicó la movilidad. Además, la actividad comercial y turística sufrió interrupciones significativas, dejando a miles de personas varadas.

La Defensa Civil de Santa Catarina advirtió sobre el riesgo de deslizamientos de tierra, especialmente en zonas montañosas, debido a la acumulación de agua. Se han emitido alertas severas, instando a la población a evitar desplazamientos innecesarios y mantenerse en sus hogares para minimizar riesgos.

Impacto turístico y económico

Estas inundaciones llegan en plena temporada alta, afectando a una región que depende en gran medida del turismo. Hoteles, restaurantes y otros comercios enfrentan pérdidas económicas importantes, mientras los turistas buscan opciones para evacuar o reprogramar sus estadías.

Pronósticos preocupantes

El Servicio Meteorológico advirtió que las lluvias persistirán en los próximos días, aumentando la posibilidad de nuevas inundaciones y complicaciones. Las autoridades trabajan para restablecer la normalidad, pero la situación sigue siendo crítica.

Las imágenes que circulan en redes sociales muestran la magnitud del desastre, evidenciando la necesidad de medidas urgentes para mitigar futuros eventos climáticos extremos en una región cada vez más afectada por las consecuencias del cambio climático.