Lejos de su Córdoba natal y de su familia, Lara Ruiz Gripaldi, fiel a su estilo inquieto decide dejar la “seguridad” del encierro, para enrolarse como voluntaria en un hospital de campaña.

Se trata del Hospital IFEMA de Emergencia, montado en el espacio que lleva el mismo nombre, que es el primer operador de España y uno de los más importantes de Europa dentro del circuito internacional de la industria de ferias y congresos.

Es que en situaciones límites, no siempre brotan las miserias humanas. En este caso, reavivó la virtud y la fortaleza de dar, sin recibir nada a cambio. En diálogo con El Objetivo, Lara relata su experiencia.

“Llegás al lugar y te entregan tu uniforme que consiste en un ambo (como el de los médicos) con zapatos, mascarilla, guantes y cofia para la cabeza, para luego pasar a la sala de espera, un espacio donde están todos juntos (médicos, enfermeros y ayudantes -entre los que estoy yo-). Allí disponemos de comida, bebida, café, nos atienden realmente muy bien. Luego nos separan en grupos, según los turnos. En ese momento nos entregan un traje que nos cubre completamente, con antiparras, dos mascarillas, cuatro guantes y una pantalla transparente que cubre toda la cara", comienza explicando la cordobesa.

"Como voluntaria, en el primer día me tocó armar camas con bomberos y militares y acarreo de insumos médicos, ya que a medida que armamos, van llegando buses con gente enferma, que, acompañados por enfermeros, se acercan a las camas”, continuó Lara.

En cuanto al ritmo con el que se trabaja como voluntaria: “El ritmo es vertiginoso. Pero lo más impresionante es el amor que hay en ese lugar. Todo el tiempo se escucha música, hay carteles diseminados con leyendas como TODO VA A ESTAR BIEN, nos traen flores, es muy bonita la energía que hay, para mantener la armonía y la buena onda. En uno de los pabellones se dieron tres altas, de personas que se recuperaron. En ese momento todos se funden en un aplauso cerrado de casi mil personas, es muy emocionante”.

A esto, agregó: “Hoy que fue mi primer día, corroboro una vez más que es lo mejor que podía haber hecho. Los días que vienen, estaré también acompañando a la gente que va llegando, conversando con ellos, dándoles tranquilidad y seguridad, ya que es un espacio muy grande y la angustia del que llega también es grande”.

Para finalizar, la cordobesa manifestó con gran emoción, la alegría de poder ser parte de este grupo de ayudantes en un momento tan difícil para el mundo. “Estoy muy contenta, muy feliz con la decisión que tomé. Agradezco a quienes me apoyaron. Siento que es lo más importante que hice en la vida. La verdad es que no podía quedarme más en casa mirando por la ventana. No podía. Y no tengo miedo. El amor, le gana al miedo”, cerró Lara.