El 6 de julio es el día en que Dios creó un mundo para rodear a Córdoba
“Y Dios fue antes de todo y será por siempre Dios único y trino.
Luz y poder en la mano que todo lo hace.
Y la historia comenzó en los siete primeros días de la creación.
Y de Dios nacieron los cuatro ríos que alimentaron un día la cinta de plata del Suquía.
Foto: elobjetivo.com.ar
Entonces el hombre tomó la figura de Don Jerónimo Luis de Cabrera con su gerifalte y su galgo.
Y de Dios hijo, sobre la cruz de sombra, nació la inspiración que extiende en su mano…”
Así comienza la Epopeya de Córdoba, el texto reflejado en el gigantesco grupo de murales que se despliega por casi media cuadra de la calle Rivadavia, sobre el muro de la Iglesia de la Merced.
Foto: elobjetivo.com.ar
Está ahí, tan a la vista de los miles de personas que transitan por ese lugar cada día. Pero seguramente muy pocos se detuvieron a ver esa obra de arte, a interpretarla, a dimensionarla.
En la segunda mitad de los años ’60 el artista plástico Armando Sica comenzó a desarrollar esa serie de murales de cerámica que exponen a la vista de todos la historia de la ciudad.
Desde los Reyes Católicos, Cristóbal Colón y don Jerónimo Luis de Cabrera hasta el presente. Se destacan los textos agregados con motivo del cuarto centenario, en 1973, hace 50 años, que hablan de la proyección de una ciudad que es más que una ciudad.
Foto: elobjetivo.com.ar
No faltan las referencias a la Universidad, a su pujanza, al desarrollo. Y tampoco falta una metáfora sobre el desarrollo tecnológico del futuro que es hoy. Ese “cordobés astronauta fundará nuevas Córdobas en otros mundos de la creación, renovando la obra del fundador” dice el mural.
Y sí. Córdoba es mucho más que una ciudad. Es mucho más que edificios, monumentos e historias. Es la vida que fluye, como las inquietas aguas de ese río que la divide y la une.
Tuvo que ser la obra de Dios, o del Ser Superior que quieras, la que nos puso en este lugar, en esta Córdoba, nuestra Córdoba. Una ciudad que nos acaricia, nos abraza, nos aprieta, nos asfixia, nos golpea, nos cobija. Todo eso y mucho más...
Foto: elobjetivo.com.ar
