Carmona por el crimen del taxista: "Él eligió el auto a la vida"
El juicio contra Roberto "la hiena humana" Carmona por el homicidio del taxista Javier Rodrigo Bocalón comenzó este lunes, con el detalle de que el acusado se encuentra encerrado en un cubículo de vidrio y custodiado por agentes del Servicio Penitenciario de esa provincia.
"Retumba en mi cabeza `no me mates, no me quites la herramienta de trabajo`. Él eligió el auto a la vida. Yo era un depredador", relató Carmona por el crimen a sangre fría de Bocalón el 13 de diciembre de 2022.
El asesino, quien acumula tres condenas, dos de ellas a prisión perpetua, por otros tres crímenes, comenzó a ser juzgado nuevamente en esta ciudad acusado por los delitos de evasión y robo calificado por el uso de arma y homicidio con alevosía y criminis causa.
Carmona, de 61 años, enfrenta a un jurado popular y podría ser condenado de nuevo a perpetua.
El tribunal que lo juzga está integrado por los camaristas Marcelo Nicolás Jaime, Juan Manuel Ugarte y Eugenio Pérez Moreno, junto con jurados populares.
La acusación corre por cuenta del fiscal de Cámara Hugo Almirón, mientras que Carmona es asistido por el defensor público Aníbal Zapata.
Asimismo, hay dos querellantes particulares: el padre del taxista y una de las víctimas del robo de vehículos.
Este sujeto asesinó en 1986 a una adolescente de 16 años llamada Gabriela Ceppi, cuando ya tenía una condena a 10 años por robo, por la cual la Justicia de ese momento lo benefició con la libertad anticipada.
El criminal serial secuestró, violó y fusiló de un disparo en la cabeza a la chica y después descartó su cuerpo en un campo de sorgo en la ruta 9, donde lo encontraron un mes más tarde.
En 1988 fue condenado a reclusión perpetua con la pena accesoria de reclusión por tiempo indeterminado.
Sin embargo, en la cárcel le tiró caramelo caliente en la cara a un preso porque impidió que violara a su esposa y apuñaló a otro, a quien luego le tiró agua hirviendo mientras dormía porque no había podido matarlo.
En 1994 asesinó a Héctor Vicente Bolea, un preso con el que compartía condena para disputarle el control del pabellón.
Fue allí que de Córdoba lo trasladaron a una cárcel de Chaco y en julio de 1997 mató a Demetrio Pérez Araujo, por lo que lo sentenciaron de nuevo por homicidio.
Con tres condenas, dos a perpetua y la tercera a 16 años, en 2014 la Justicia chaqueña lo autorizó a tener salidas transitorias y empezó a viajar a Córdoba cada cuatro meses para ver a su pareja.
Y fue en una de esas que llegó a la casa de su pareja y logró evadir a cinco guardias del Servicio Penitenciario de Córdoba y un enfermero que debían custodiarlo.
Carmona escapó del lugar, secuestró al taxista para fugarse y apuñaló a Bocalón mientras manejaba. La víctima murió casi en el acto y chocó contra un poste en una esquina de la capital cordobesa.
El padre y la hermana del taxista lo escuchaban hablar en la sala de audiencia y lloraron mientras el acusado hablaba con indiferencia. "Habló con frialdad, no sé cómo catalogar a una persona de esas", afirmó el papá.
Durante la primera jornada dijo que era "socio vitalicio" cuando le preguntaron si alguna vez tuvo un juicio.
Asimismo, fue más allá y amenazó de muerte al abogado de la familia del taxista asesinado, Carlos Nayi, tras recomendarle que se "informe mejor" porque por personas como él tuvo "que mandar a otras a conocer al Señor".
Ante el interrogatorio del fiscal de Cámara, Hugo Almirón, contó que camufló los cuchillos, uno de los cuáles usó para matar al taxista, en un televisor desde la cárcel de Chaco, de donde también confesó que estuvo “a dos metros” de fugarse.
"Me fallaron los cálculos", indicó, al tiempo que agregó que le pagó 15.000 pesos a Juan José Penayo, uno de los seis guardiacárceles chaqueños imputados por favorecer a la evasión.
Ese día, Bocalón iba a hacer un viaje más y regresaba a su casa para ver el final del partido de Argentina y Croacia, por las semifinales del Mundial de Qatar 2022, justo cuando lo abordó Carmona.