Beca internacional a investigador cordobés para estudiar la relevancia de moléculas en la aparición del Alzheimer
Un investigador de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba acaba de ganar un subsidio internacional que le permitirá poner la lupa sobre dos proteínas que intervienen en la degeneración de las neuronas y que son candidatas para explicar la aparición del Alzheimer.
Esta es la tercera beca que la organización estadounidense Alzheimer´s Association otorga a investigadores cordobeses para que estudien la participación de distintas moléculas y su relevancia en la enfermedad. El médico e investigador de Conicet Lucas Sosa fue galardonado en esta oportunidad con un proyecto que se concretará en el departamento de Química Biológica (Ciquibic), de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba.
Con estos fondos, Lucas seguirá de cerca el comportamiento de dos moléculas que intervendrían en el desarrollo de la enfermedad. Aunque distintos estudios científicos arrojaron luz sobre estos procesos, todavía falta para comprender cómo funciona su mecanismo completo.
Orden en el vecindario
La primera proteína que estudiará Sosa es la APP (Proteína Precursora de Amiloide, por sus siglas en inglés). Entre sus múltiples funciones, participa en el desarrollo de las neuronas y en la formación de sinapsis. También estudiará el funcionamiento de la proteína de tau –ubicada en el citoesqueleto de las células– y su vinculación con el exceso de APP.
Las neuronas funcionan como casas de un barrio bien organizado. “Tienen estructuras sólidas y dinámicas que les permiten mantenerse de pie y comunicarse fácilmente”. La proteína de tau actúa como los pilares que sostienen esas viviendas, asegurando estabilidad y crecimiento.
Con el exceso de la proteína APP se incrementa la cantidad de tau fosforilada “desestabilizando la casa y formando enredos que obstaculizan las viviendas y bloquean las vías de comunicación”. La interacción entre vecinos se dificulta.
Con el tiempo, los problemas se acumulan y hacen que el “vecindario” de neuronas pierda orden y funcionalidad. “Se convierte en un lugar cada vez más difícil de habitar porque sus estructuras están debilitadas”, ejemplifica.
Para la investigación, Sosa utilizará células madre inducidas donadas por el Laboratorio de Jeanne Lawrence, en Estados Unidos, del cual formó parte durante su estadía en el exterior, a partir de una beca externa de Conicet.
Los cultivos se harán en el Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Químicas y las técnicas de análisis, con el “súper microscopio” recientemente adquirido por la UNC.
La relevancia del estudio
La edad avanzada es el principal factor de riesgo para el desarrollo del Alzheimer, una enfermedad que hoy no tiene cura. “Desde la investigación, podemos contribuir para conocer los mecanismos que subyacen a la enfermedad, visualizarla y probar potenciales tratamientos. Lograr aplacarla o hacerla menos tórpida (es decir, que reaccione con menos dificultad o torpeza)”, puntualiza.
Para confirmar las hipótesis de su trabajo, Sosa destinará alrededor de tres años.
“Hace unos años se desarrollaron medicamentos con anticuerpos monoclonales para atacar las placas de amiloide beta que se originan luego del procesamiento de la proteína APP. Los resultados de este tratamiento no cambiaron de manera significativa el transcurso de la patología ni mejoró las funciones cognitivas de las personas con Alzheimer. De ahí la importancia de buscar otros caminos que expliquen la neurodegeneración”, destaca el investigador.
Fuente: UNC