El dirigente peronista Guillermo Kraisman, detenido desde enero en la cárcel de Bouwer, quedó a un paso del juicio acusado de tentativa de defraudación contra la administración pública. El fiscal en lo Penal Económico de Segunda Nominación, Franco Mondino, cerró la investigación y elevó la causa para que sea juzgado.

En la misma resolución, también fueron citadas a juicio Luciana Castro, empleada municipal arrestada junto a Kraisman, y Virginia Martínez, señalada como la “empleada fantasma” de la Legislatura, imputada por falso testimonio agravado.

El hecho ocurrió el 16 de enero, cuando Kraisman intentó cobrar un millón de pesos en una sucursal del Banco de Córdoba en barrio General Paz utilizando el DNI de Martínez. La investigación determinó que la mujer figuraba como empleada legislativa, pero no cumplía funciones.

La maniobra fue descubierta en el momento, lo que derivó en la detención de Kraisman, con antecedentes en escándalos mediáticos y judiciales, y de Castro, quien se desempeñaba como coordinadora de un polideportivo social.