2 de Abril: una fecha de conmemoración, cuyas heridas aún no sanan. Historia de una guerra en el Atlántico Sur

Opinión02 de abril de 2019 Por Federico Lozzano *
A 37 años del suceso bélico de mayor envergadura que enfrentó nuestro país, no podemos terminar de comprender el porqué de dicho evento y como ayudar a sanar las heridas que este produjo.
Malvinas
Soldados argentinos en MalvinasFoto: Gentileza

Como cada 2 de abril, en la República Argentina se conmemora el “Día de los Veteranos y de los Caídos en la guerra de Malvinas” (feriado nacional determinado por Ley 25.370). Sin embargo, hoy a 37 años del suceso bélico de mayor envergadura que enfrentó nuestro país, no podemos terminar de comprender el porqué de dicho evento y como ayudar a sanar las heridas que este produjo. Es importante recordar, que para 1982 la Argentina era gobernada por un gobierno de facto, el cual estaba en plena decadencia, y una de sus decisiones más catastróficas fue la de llevar a nuestro país a una guerra contra el Reino Unido. Por ello, es necesario hacer un breve recorrido de los acontecimientos y el contexto social, político y económico nacional e internacional en el que la Guerra de Malvinas se vio envuelta, de modo que conocer los hechos y el contexto ayuden a tener una memoria activa respecto de los acontecimientos nacionales que han moldeado nuestra historia.

2 de Abril de 1982: aprendiendo del pasado

Hacia 1981 en Estados Unidos asumía como Presidente Ronald Reagan, el referente del Partido Republicano, y quien conjuntamente con Margareth Thatcher, instaurarían en la década del 80´ lo que se denominó la “Revolución Conservadora” tanto en lo político como en lo económico. Con lo cual, impusieron una visión del mundo completamente circunscripta a sus intereses, reforzando una alianza con muchos antecedentes.

En el mismo año 1981, en la Argentina era designado como jefe del ejército Leopoldo Fortunato Galtieri, quien como primer hito, viajó a Estados Unidos y entabló conversaciones con el mismo Reagan. A su regreso al país, Galtieri logró desplazar del cargo de Presidente de la Nación a Roberto Viola, e inició su propio mandato.

El Presidente de Facto, carente de toda visión internacional, y del más mínimo sentido de estrategia, acorralado por una situación interna agobiante (crisis social, política y económica), planeó y aprobó la campaña bélica de Argentina sobre las Islas Malvinas. En principio, fue pensada como una simple ocupación para obligar a los británicos a negociar, sin embargo el contexto marcó un rumbo muy diferente.

De las conversaciones de Galtieri con Reagan, aquel elaboró algunas conclusiones que, como mínimo, carecieron de total sustento teórico, práctico e histórico (Moreno Ocampo, 2014). Tales pensamientos fueron centralmente dos: en primer lugar que el Reino Unido no reaccionaría a la ocupación realizada por las tropas argentinas, y en segundo lugar que Estados Unidos, como mínimo se mantendría neutral ante el conflicto por la “cercanía” que decía mantener con el país sudamericano.

El problema fue que, tal como lo indica James Reston, periodista de The New York Times, los militares argentinos que comandaron la Guerra de Malvinas, no cayeron en errores de cálculo, sino que no realizaban ningún cálculo (Reston en Moreno Ocampo, 2014).

Con todo esto, en la madrugada del 2 de abril de 1982 un cuerpo expedicionario argentino dio inició a la “Operación Rosario”, destinada a recuperar el control del archipiélago sin causar bajas entre las tropas británicas. Y en principio, así sucedió, para el mediodía del mismo 2 de abril el destacamento de Reino Unido se había rendido; pero al mismo tiempo los mecanismos de defensa ingleses fueron activados y la flota apostada en Gibraltar partió rumbo a las islas a dar una respuesta automática frente al ataque.

Según Luis Alberto Romero, las presidencias del gobierno de facto desde 1976 siempre apelaron a la lógica y sentimiento nacionalista, entendido como algo pasional, en muchos eventos y acciones iniciadas para legitimarse en el poder (2013). Y claro está, la Guerra de Malvinas no fue la excepción, por un momento la exaltación del pueblo respecto a la iniciativa bélica lo mantuvo obnubilado y separado de una realidad mucho más profunda y desgarradora como lo era el combate en las islas, frío y completamente inhóspito.

El Conflicto del Atlántico Sur dejo la suma de 649 bajas para las fuerzas argentinas, entre las que se cuentan las del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano (tema de otra editorial a futuro), y todas aquellas sobre suelo de Malvinas propiamente dicho.

Asimismo, nunca se debe olvidar los suicidios pos conflicto y la secuelas psicológicas de los veteranos que combatieron con heroísmo una guerra no planificada por sus superiores, y mucho menos pensada por ellos mismos.

La memoria es un elemento activo en la construcción de la historia y el carácter de una sociedad, y la sociedad argentina no diferente ni excepción. De esto da cuenta en primer lugar, la lucha constante por los derechos humanos y consecuentemente el accionar de la justicia contra la Junta Militar que operó asesinatos y desapariciones; y en segundo lugar la Diplomacia activa como eje de política exterior, en las constante negociaciones y búsqueda de diálogo con el Reino Unido para lograr consenso, y porque no en un futuro no muy lejano acuerdos que permitan a la República Argentina ejercer efectivamente su soberanía sobre estás Islas, cuya historia ha sido escrita con sangre y honor.

*Federico Lozzano: Licenciado en Relaciones Internacionales. Docente de Organizaciones Internacionales y Transnacionales, e Historia Argentina Contemporánea en la Universidad Siglo 21.

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