Tenemos que saber la verdad

Opinión 28 de junio de 2023 Por Marcelo Cossar *
La democracia exige de procedimientos formales abiertos, transparentes y controlables por la ciudadanía para garantizar que cada voto emitido termine siendo contado a favor del partido político votado.
Cossar
Marcelo Cossar Legislador de la Provincia de Córdoba

El pasado domingo 25 de junio los cordobeses fuimos a las urnas para elegir a nuestro futuro gobernador, junto con la renovación de la Legislatura provincial, de los miembros del Tribunal de Cuentas y de casi 200 intendentes de distintas localidades. Habiendo pasado casi 72 horas de cerrado el escrutinio, aún no sabemos a ciencia cierta quien es el gobernador de Córdoba ni como se distribuyen el resto de las responsabilidades institucionales. 

El domingo a las 19 horas comenzaron a cargarse los primeros resultados de la elección, lo que parecía resultar auspicioso. Pero luego la carga se volvió lenta y tediosa, hasta que con posterioridad a las 21hs tuvimos un “apagón” del escrutinio provisorio. Recién pasada la medianoche se llegó al 90% de los datos, y a altas horas de la madrugada a un 94,6%, cifra en la que se detuvo el conteo de votos, aún considerando que la diferencia entre las dos fuerzas más votadas se aproximaba a tres puntos porcentuales.

De estos hechos de público conocimiento se desprende que:

Primero; la democracia exige calidad de las instituciones y los procedimientos electorales exigen la máxima eficacia y transparencia, dado que en ellos está en juego la voluntad popular. Atravesar este momento de incertidumbre habla de una pésima calidad institucional en la provincia de Córdoba y de la ineptitud de los gobernantes y de la Justicia Electoral para organizar algo tan simple y habitual como una elección.

Segundo; lo ajustado del resultado genera, por lo menos, muchas dudas. La lista más votada en el tramo de gobernador resultó perdedora en los tramos de legisladores y tribunos de cuenta. Tanta diferencia entre tramos de una misma propuesta política, sin boletas sábanas y con el instrumento de la boleta única, es un precedente nunca antes visto con tamaña magnitud. Con el correr de las horas circularon por las redes y medios de comunicación actas de mesas en donde la carga fue errónea, localidades enteras que no habían visto carga de sus resultados (Luque) e, incluso, una elección municipal donde el resultado se tergiversó en el proceso de la carga (Manfredi). A ello se añade la incertidumbre del resultado en varios departamentos provinciales donde la diferencia entre los candidatos más votados para el tramo uninominal era exigua, y cambió de tendencia durante la madrugada del lunes. 

Tercero; todos los problemas descriptos inician con la contratación de la Empresa OCASA para experimentar un nuevo formato de escrutar los resultados en base a inteligencia artificial, nodos y escáneres en cada centro de votación (Sistema Turing). La empresa adjudicataria, fundada hace algunos años nada menos que por Alfredo Yabrán, venía de un rutilante fracaso en las recientes elecciones a gobernador en la provincia de Tucumán. Lo mismo fue contratada para organizar el recuento de los votos para la elección provincial y municipal de Córdoba, y se le abonó más de dos mil doscientos millones de pesos por sus servicios solamente para el primero de estos comicios.

Dicha empresa adujo problemas de conectividad en una enorme cantidad de establecimientos educativos donde se votó (promesa incumplida de 100% de conectividad del actual gobierno) y en el proceso de trasvasamiento de los datos de las actas a los escáneres que los trasmitían se han producido errores de tal magnitud y diversidad (falta de fiscales informáticos, de conexión, lecturas erróneas de los escáneres, traspaso manual de actas de espaldas a los fiscales de los diferentes partidos políticos, etc.) que ponen en tela de juicio hasta el propio resultado electoral.

Por ello es que, desde Juntos por el Cambio, hemos pedido a las autoridades electorales el escrutinio de las actas manuscritas mesa por mesa, acta por acta, entendiendo que NO es un problema nuestro, sino de las autoridades responsables, que los resultados electorales sean veraces y no exista ni la más mínima duda acerca de quienes resultaron ganadores o perdedores en este proceso electoral. 

“La organización de la elección y el escrutinio ha sido bochornoso” expresó Delia Ferreira, titular de Transparencia Internacional, “en las elecciones hay que ser certeros, no basta con decir que uno es transparente, hay que garantizar que no haya la menor duda posible”.

Exacto. No se trata de una cuestión de tiempos, sino de veracidad. La democracia exige de procedimientos formales abiertos, transparentes y controlables por la ciudadanía para garantizar que cada voto emitido termine siendo contado a favor del partido político votado. Algo tan simple y elemental como eso no está garantizado en la provincia de Córdoba después de 25 años de gobierno de una sola fuerza política. 

(*) Marcelo Cossar: Legislador de la Provincia de Córdoba - Juntos por el Cambio - UCR

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