Periodismo: un oficio antiguo con nueva tecnología y reglas de juego tradicionales

Opinión 07 de junio de 2023 Por El Objetivo
Córdoba tiene una rica historia de publicaciones pero pocas han sobrevivido a la revolución de la digitalización. La ciudad pasó de la diversidad editorial del siglo XX al florecimiento de los portales que generó la aparición de internet.
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Periodismo: un oficio antiguo con nueva tecnología y reglas de juego tradicionales Foto: El Objetivo

Desde el Gobierno Provincial se escribió un artículo de opinión sobre el Día del Periodista que en el país se celebra el 7 de junio, porque recuerda la aparición de La Gazeta de Buenos Aires, fundada por Mariano Moreno y es el punto de partida oficial de una actividad que continúa siendo necesaria -algunos creen, incluso, que imprescindible- pero se ha transformado al punto de que cuesta reconocer la conexión entre los orígenes y su presente.

Hay, no obstante, algunos principios que la buena prensa respeta desde siempre y se mantienen a despecho de la revolución tecnológica y del cambio que supuso el tránsito del universo analógico al digital.

El apego a los hechos, la decisión de transmitir la verdad y el respeto a las fuentes figuran entre las reglas que distinguen al periodismo que la sociedad reclama para cubrir su necesidad de información.

El periodismo cordobés tiene una historia rica y de fácil acceso para investigadores y estudiosos interesados en rastrear publicaciones que atesoran algunas hemerotecas y las principales bibliotecas públicas.

En 1862 apareció «El eco de Córdoba». En un escrito en el que rindió homenaje a Ignacio Vélez, propietario y director, Ignacio Garzón sostuvo que el periódico «fue casi un oráculo en el interior, y aún en algunos pueblos del litoral. Sus opiniones eran consideradas como la expresión de factores decisivos en la política general».

Pero en el siglo XX florecieron dos diarios, «Los principios» y «La Voz del interior» que habían nacido en 1894 y 1904, respectivamente.

El primero fue fundado por el presbítero José Yáñez y se transformó en el de mayor venta en Córdoba cuando se hizo cargo de la dirección Antonio Nores, durante la Primera Guerra Mundial.

La línea editorial de «Los Principios»  siguió, en general, el camino de los sectores clericales y particularmente el del arzobispo de turno.

En 1977 un grupo encabezado por Rafael Trozo compró el diario, que comenzaría en el mismo momento a transitar su etapa final, hasta su cierre en 1982.

Creado a principios de la centuria pasada por Silvestre Remonda, «La Voz del Interior» es la única publicación capitalina que logró sobrevivir a la transformación de la industria editorial y atravesó indemne la barrera del siglo XX al XXI.

El diario comenzó a editarse en una impresora que le permitía sacar hasta 500 ejemplares, aunque por ese tiempo editaba 300 de entre seis y ocho páginas.

Casi a los diez años de vida del diario se incorpora una impresora plana que permite reproducir gráficos y recién en 1921 una rotativa cilíndrica que posibilitaba la impresión de 20 mil ejemplares de 16 páginas por hora.

Llega el offset

Jose W. Agusti fundó el 27 de octubre de 1928 el vespertino «Córdoba», con las características propias de un diario popular, para leer en el colectivo durante el regreso al hogar después de una jornada laboral: grandes titulares, información policial, de espectáculos y deportes.

Después de casi medio siglo Agusti vendió el diario en 1975 al empresario Piero Astori que si bien lo cerraría en 1983-con dos reapariciones breves y un cierre definitivo en 1991-escribió una página trascendente con la incorporación del sistema de impresión offset.

Fue en 1977 en coincidencia con la aparición de «Tiempo de Córdoba», que inicialmente se presentó como un suplemento dominical del «Córdoba» y que un año más tarde se independizó y se convirtió en el matutino de la entonces editorial que llevaba el nombre de su publicación más tradicional.

Aunque innovadora, la experiencia del «Tiempo de Córdoba» no duraría demasiado, pero el tipo de impresión limpia que permitía una nitidez gráfica imposible para el plomo, fue adaptada rápidamente por «La Voz del Interior», diario que además se modernizó y reorganizó su portada en la que hasta entonces se replicaban cada día los avisos clasificados.

Gracias al esfuerzo de un grupo de trabajadores que lo convirtieron en cooperativa, continúa apareciendo «Comercio y Justicia»  fundado el 2 de octubre de 1939 por Domingo Pronsanto.

También se imprime «Hoy día Córdoba», la edición semanal de «Perfil» , “Alfil” y «La Nueva Mañana de Córdoba» ofrece una versión online diaria y una semanal impresa.

El interior de la provincia tiene importantes  publicaciones, algunas de las cuales han superado largamente el siglo de existencia. Es el caso de La Voz de San, que apareció el 1 de enero de 1915 .

«Puntal» debutó en Río Cuarto el 9 de agosto de 1980 y el mismo grupo publica también una edición para Villa María y su zona de influencia.

También en esta ciudad y desde el 1 de abril de 1984 se publica «El diario!.

La revolución digital

Pero lo auténticamente revolucionario es el proceso de digitalización. Un año después del rediseño gráfico, el 21 de septiembre de 1996,»La Voz…» incursionó en Internet a través de su página Intervoz, que el 26 de noviembre de 2000 pasó a llamarse La Voz on line y se convirtió en uno de los sitios más visitado del interior de la Argentina, según la propia empresa.

En una primera etapa, los internautas podían encontrar en esta página sólo un resumen de las noticias más importantes del diario del día, pero a partir del 2 de mayo de 2001 se incorporaron noticias de último momento, con amplio desarrollo.

Ese cambio implicó una transformación de insospechables consecuencias. No es sólo la eventualidad de una actualización minuto a minuto, sino también la desaparición del soporte en papel y la información adaptada a las pantallas.

Pensar que Córdoba tenía, avanzada la década de 1980, canillitas capaces de vocear las noticias en la peatonal buscando crear interés entre los caminantes para que se llevaran un diario. Había, inclusive, un par de personajes capaces de aumentar el suspenso o provocar la sonrisa de los peatones gracias a titulares sobre cosas que no habían ocurrido.

Pero así como cambió hasta la escenografía urbana, los defensores de las nuevas tecnologías celebran la democratización de la información que año tras año circula con mayor libertad y entre más gente, salvando, obviamente, la discusión sobre el tema de las suscripciones.

Si hay un rubro en el que no aplica aquello de que todo tiempo pasado fue mejor, es el de la comunicación. El desarrollo tecnológico ha derribado la mayoría de las barreras que impedían el ejercicio irrestricto del periodismo.

Un dispositivo que pesa 200 gramos puede grabar, filmar, fotografiar. Una simple conexión a internet permite la transmisión simultánea desde cualquier lugar del mundo. Es posible desde un celular básico acceder a publicaciones de todo el mundo con la única limitación del idioma.

Siempre hay pendientes temas éticos por discutir sobre la propiedad de los medios y sus contenidos y la relación ocasional o permanente con el poder, pero en términos prácticos, el acceso a la información es de tal calidad y está tan extendido que ha convertido a la presente en la época dorada del periodismo.

Fuente: Gobierno de Córdoba

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