El 2025, el año en que a muchos se les cortó el elástico de los calzones

El 10 de diciembre de 2024 publicamos una columna de opinión referida al cambio de dirección que encaró el pueblo argentino. La elección presidencial de 2023 le dio el mandato a Javier Milei para conducir al país. “Un golpe de timón cambió el rumbo”, decíamos. “Fue el inicio de un proceso que todavía no sabemos si llegará a buen puerto”, concluía el párrafo. Y todavía estamos ahí, flotando en aguas turbulentas.
Pero llegamos al 10 de diciembre de 2025. En este año pasó de todo y un poco más también. Todas las calamidades profetizadas parecieron que iban a ocurrir, los entusiastas del golpismo no dejaron de hacer sus esfuerzos, videos sofisticados nos plantearon la llegada de nuevos amaneceres, se gastaron palabras de tanto usarlas, y tantas otras cosas más.
Pero llegó el momento simple, elemental, básico en un sistema democrático. Llegó la hora de votar y el pueblo argentino se expresó.
Y todos aquellos que jugaron a ser salvadores de la Patria, sicarios de los capo mafia, “estadistas” de videítos de alta calidad, quedaron expuestos. El peso de los votos les cortó el elástico de los calzones, y quedaron en evidencia, quedaron en cueros, al aire libre, mostrando los lugares donde el Sol no solía llegar. Ahora se les ve todo…
No estamos alabando a quienes hoy tienen las riendas para conducir el país. Hay mucho para criticar y discutir. Pero los que jugaron al “Club del Helicóptero” y a sus renovadas variantes y todos sus matices quedaron expuestos.
Y los que denunciaron la mala educación y la brutalidad comunicacional de quienes temporalmente están a cargo del gobierno demostraron ser tanto o más maleducados, groseros y torpes.
Y los que firmaron el certificado de defunción del proyecto gubernamental hoy buscan en el fondo del baúl algún disfraz para acomodarse al presente.
Esperamos estar el año que viene escribiendo en esta misma fecha una nueva columna de opinión. La vida dirá si nos toca decir que asomamos la cabeza, flotando en las aguas putrefactas de la decadencia como país. Esa decadencia a la que nos llevaron, tras décadas de hacer lo que hicieron.
















